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Julia regenta la peluquería 'Kizkur', en Santutxu.
Negocios en auge en Bizkaia: peluquerías en cada esquina

Negocios en auge en Bizkaia: peluquerías en cada esquina

Iban Garbayo

Lunes, 30 de mayo 2016, 02:17

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¿Quiénes son más coquetos, las mujeres o los hombres? Hasta hace unos años, la respuesta era evidente. Sin embargo, los tiempos cambian. Hoy es el día que ambos acuden de forma asidua a alguna de las más de 2.079 peluquerías que hay en Bizkaia. Eso sí, si antes lo hacían una vez a la semana o al mes, ahora se esperan hasta dos meses. ¿El motivo? La crisis. Aunque el negocio sigue al alza. Seguro que usted tiene la sensación de que cada vez hay más. Y efectivamente es así, porque hace cinco años había 1.925 peluquerías en la provincia y en este tiempo han abierto 154 más.

Si tratara de darse una vuelta por Bilbao, tendría difícil no toparse con una peluquería. Sobre todo si se acerca a la calle María López de Haro. En apenas 50 metros hay cinco. «El sector da una imagen que no se corresponde a la realidad en Bizkaia y en el País Vasco. Es verdad que han crecido, pero no es un negocio redondo. Se encuentra saturado», advierte pronto Manuel Perales, presidente de la Asociación de Imagen Personal de Bizkaia.

Los datos al alza se imponen a una circunstancia adversa porque en dos años, entre el 2013 y el 2014, se ha producido el cierre en España de 14.600 peluquerías y la pérdida de más de 34.000 empleos. La subida del IVA al 21% dejó el sector hundido. «Supuso la puntilla para el gremio. En una situación de crisis como la que hemos tenido no se le puede aplicar una subida del 13% al cliente, se encarece el servicio muchísimo. ¿Qué hemos hecho? Pagarlo de nuestros bolsillos», afirma resignado Perales.

El mismo sentimiento lo comparte Julia, de la peluquería 'Kizkur', de la calle Santutxu. Hoy toca boda. La dueña también está invitada. Pero es hablar de la subida del IVA y el semblante alegre cambia. «Fue la mayor faena que se le hizo al sector», se queja, mientras acaba un bonito tocado a una clienta que lee una revista del corazón. Eso sí que no cambia. El establecimiento guarda en una de sus repisas un amplio catálogo de prensa rosa. También hay revistas de coches. Es una peluquería mixta. Como la mayoría de las que actualmente hay en Bizkaia.

El negocio, dicen, sobrevive gracias a la «clientela fija» que se ha ganado con el paso de los años. «No sé qué sería de nosotros de lo contrario. En los últimos diez años ha cambiado mucho la situación. No hemos tenido la necesidad ni de subir ni de bajar los precios, pero la gente mira mucho la cartera. Últimamente se nota cierta mejoría, pero está complicado».

Peluquerías 'low cost'

Dejando la subida del IVA a un lado, otro de los problemas con los que se han encontrado las peluquerías de toda la vida ha sido la aparición de «los salones 'low cost'». En 2011 representaban el 20% del negocio. Cuatro años más tarde son ya el 30%. «No entendemos cómo se pueden ofertar servicios por debajo de los costes de producción. Un tubo de tinte profesional vale 10 euros, si se están dando por 8 o 9, que me lo expliquen porque no lo entiendo», advierte Perales, que lleva 34 años como representante del sector de la imagen en Bizkaia.

Aitziber, de la 'Peluquería Cuché', corrobora su afirmación. «Estas peluquerías te muestran que son baratas y luego te la pegan. Gente que ha ido y que ha vuelto a mi establecimiento te dice que al final no sale por el coste que te ponen en los carteles de fuera. Te van aplicando diferentes cosas (mascarillas, tratamientos...) y el precio se encarece de forma notable». Localizada en la calle Músico Arambarri (Santutxu), lleva cinco años al frente del negocio. Abrió en el momento crítico de la crisis, cuando más difícil era aventurarse con un nuevo negocio. Aquí un corte de pelo corto cuesta 10,50 euros, mientras que en las 'grandes cadenas' de belleza pueden llegar hasta los 18 o 20 euros.

Un cartel de fuera capta la atención del paseante. La 'Peluquería Cuché' ofrece un servicio económico para jubilados tres días por semana. «Los lunes, martes y miércoles ofertamos el corte de caballero para jubilados a 5,50 euros. Al final vienen aquí, hablan con las señoras, se relacionan... Les viene muy bien», explica Aitziber. Solo hay una clienta en el local. Antes de marchar, reconoce que es de las que se ha hecho «más una vez un apaño en casa». Y la dueña interrumpe para alertar de que el que venía a teñirse una vez al mes, ahora lo hace cada dos: «Pretende que le cobres lo mismo por el tinte, cuando resulta que tienes que gastar el doble de producto. Hay muchos que vienen con cada estropicio en el pelo...».

Guerra encarnizada de precios

No hay un día específico para cortarse el pelo. Aunque los viernes o los fines de semana se nota más movimiento, no hay una regla escrita. Según los datos aportados por la Asociación de Imagen Personal de Bizkaia, el 90% del sector trabaja en la actualidad al 50% de su capacidad productiva. La guerra encarnizada de precios tampoco ha ayudado. Mikel es consciente de ello. Todas las mañanas tiene que pelearse con los cinco salones que tiene a la vuelta de la esquina. Es el más joven de todos (no llega a los 30 años) y se marchó del establecimiento en el que trabajaba hace dos años para emprender su camino en solitario.

'Mikel Studio' es un bonito establecimiento situado en la céntrica calle bilbaína Pérez Galdós. El cuidado trabajo decorativo del local invita a entrar. Más allá de la economía, muchos clientes miran también el trato y el servicio que les prestan. «Cada peluquería tiene su público. Al final la persona es muy selectiva, valora tu trabajo también. Cada uno tiene su establecimiento. Igual que cada uno va a un supermercado concreto, a una frutería, etc».

Es solo una apreciación, pero después de lo visto... chico joven al frente, clienta joven. «Es cierto que hay muchísima competencia, pero no me puedo quejar. He conseguido mantener la cartera de clientes que me traje del otro local en el que trabajé», explica Mikel. No nos podemos marchar sin responder a la pregunta que nos hemos hecho al principio: ¿Es cierto que hoy en día los hombres son igual de coquetos que las mujeres? «¡Sí!», rotundo. «Si antes venían cada dos meses o más, ahora muchos vienen cada dos semanas. Están pendientes de retocar los cortes», concluye con una sonrisa.

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