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El obispo Mario Iceta ofició la misa en honor a la ‘Amatxu’ ante cientos de fieles
Bizkaia se vuelca con la ‘Amatxu’

Bizkaia se vuelca con la ‘Amatxu’

El obispo, Mario Iceta, se desplazó desde Roma para oficiar la misa en la basílica y miles de personas secundaron la romería

erlantz gude

Lunes, 12 de octubre 2015, 01:50

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Pese al mayor respaldo por parte de los devotos del que goza la procesión estival del día de La Asunción, la romería del 11 de octubre, festividad de la Virgen de Begoña, se va haciendo el hueco que le corresponde entre los fieles. El máximo responsable de la Hermandad de Begoña, Javier Diago, barruntaba si su celebración en domingo disuadiría a posibles asistentes que habrían optado por irse de puente. Pero, al menos, el clima acompañó. Y Mario Iceta fue el primero en reseñar la importancia de esta fecha, desplazándose desde Roma -donde ha asistido al Sínodo de la Familia, convocado por el Papa Francisco- para oficiar la misa de mediodía, en el quinto aniversario de su nombramiento como obispo de Bilbao.

El coordinador general de la Fundación Athletic, Jon Zapirain, estaba exultante en su rol de romero de honor. Respaldado por su mujer y su hijo -a su hija le darán cuenta de los detalles a su regreso de Fuerteventura, adonde ha viajado con su club de remo- confiaba en que desde el cielo le observaba su aita Juanjo, fallecido hace dos décadas y exmiembro de la Hermandad de Begoña. «Ha sido mi modelo, junto a mi ama, una buena persona de verdad», destacó Jon.

En la antesala del arranque de la romería en la plaza del Arriaga, desvelaba que su discurso de tres minutos con la Virgen como testigo sería un tributo a su padre. Y el resto de la intervención, hasta completar los seis minutos previstos, lo dedicaría a entonar el Ave María con sus compañeros del ochote Txipli-Txapla. Jon lucía un pantalón mil rayas, chaleco florido y la imprescindible txapela. «No he podido contener las lágrimas esta mañana», confesaba. Daba por hecho que sería inevitable emocionarse cuando aún quedaba por delante lo parte más entrañable de la jornada.

Dibujos y poemas

La Hermandad de Begoña calcula que hubo más de 80.000 asistentes, con una importante participación de los txikis, que acuden a la ciudad infantil hinchable, en la que Gargantúa fue el protagonista. Muchos tuvieron ayer su primer contacto con la devoción a la patrona. Le brindan su particular homenaje a través de sus dibujos y poemas, que se agregan al ofertorio de la misa nocturna. El reparto de chocolatinas y de los pañuelos morados que distinguen a los devotos aderezan la fiesta de la Amatxu, que cada vez cala más entre los vizcaínos.

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