Un ladrón compulsivo de bicis en el centro de Bilbao

La compulsiva escalada delictiva comenzó a las 23.00 horas del miércoles 7 de octubre en la calle Uribitarte, junto al muelle de Bilboats. La patrulla de la guardia urbana que le registró encontró además en su poder varias bolsas con cogollos de marihuana. El segundo incidente se produjo en la calle Príncipe, a la una de la madrugada del jueves 8 de octubre. El mismo individuo volvió a ser interceptado por la Policía. En la mayoría de las ocasiones fue sorprendido in fraganti intentando sustraer vehículos de dos ruedas, que estaban candados y estacionados en la vía pública. Todas las bicis eran propiedad de particulares, no municipales.

El resto de la noche mantuvo la misma tendencia obsesiva hacia los ciclos, que le empujó a recorrer la ciudad sin descanso de punta a punta en plena madrugada. La tercera vez fue identificado por agentes de la Ertzaintza en la calle San Francisco de Bilbao. Esta fue la única ocasión en la que intervino la Policía autonómica. Al tratarse de un delito menor, la intervención policial debía limitarse a la mera identificación. En la cuarta ocasión, el ladrón fue descubierto en la confluencia de las calles Autonomía y General Concha sobre las cuatro y media de la mañana. Posteriormente, fue visto rondando la zona de Pozas comprobando los cierres de comercios y persianas.

Cizalla y destornillador

Alrededor de las ocho de la mañana, una trabajadora de La Alhóndiga que se dirigía a trabajar observó cómo este sujeto intentaba apoderarse de una bicicleta en la calle Iparraguirre y llamó a la Policía, que también procedió a identificarle. Una hora más tarde, a las nueve, este mismo joven fue visto pedaleando con una bicicleta negra. Al ser preguntado por la Policía por el origen del vehículo, afirmó que se lo habían regalado sin especificar quién. Los policías comprobaron que se trataba de un robo.

En la octava ocasión, ya a las diez de la mañana, un usuario del gimnasio Metropolitan avisó a la guardia urbana de que estaban intentando sustraer una bicicleta. Finalmente, después de una larga y ajetreada noche, el adolescente fue arrestado en Mazarredo. Al registrarle, los policías comprobaron que llevaba oculto bajo la chaqueta una cizalla y un destornillador con los que había forzado los candados. Algunas de las bicis robadas fueron devueltas a sus dueños y otras trasladadas al depósito municipal de Zorrozaurre, a la espera de ser entregadas a sus legítimos propietarios cuando acudan a presentar la denuncia.