Tres años de cárcel por perseguir a su exmujer e hija y embestirlas con su coche en Mungia

En la sentencia la Audiencia confirma un fallo del Juzgado de lo Penal número 6 de Bilbao, que en junio de 2014 le condenó por un delito contra la seguridad vial en su modalidad de conducción temeraria con manifiesto desprecio por la vida de los demás y sendos delitos de violencia de género y violencia doméstica. Además de la pena de tres años y seis meses de prisión, el imputado deberá abonar una multa de 5.410 euros y se verá privado del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores durante ocho años y un día.

Los hechos ocurrieron el 9 de septiembre de 2012 cuando este hombre, que había sido condenado previamente por dos juzgados distintos por sendos delitos de violencia de género, comió con su exmujer y la hija menor de ambos en un restaurante de Mundaka, a sabiendas de no podía acercarse ni comunicarse con su expareja durante doce meses. Tras una discusión y un forcejeo en el restaurante, la mujer abandonó el local junto con su hija y, cuando ambas se alejaron, el hombre las siguió con su vehículo hasta darles alcance mientras circulaban en dirección a Mungia por la carretera BI-631.

A la altura del alto de Sollube de Bermeo, según los hechos probados en la sentencia, el acusado se aproximó al vehículo donde circulaban ambas, accionó las luces de carretera para atraer su atención, las adelantó y frenó bruscamente su coche para obligar a su expareja a detener su marcha. Su exmujer realizó maniobras para evitarle, si bien en un momento en que el maltratador circulaba por detrás, este embistió su vehículo en varias ocasiones. También circuló por el carril de sentido contrario para colocarse en paralelo con su coche y maniobró para colisionar lateralmente con su vehículo con el fin de provocar su salida de la calzada.

La persecución tuvo lugar en la bajada de un puerto de montaña con "continuas curvas de escasa visibilidad" y pese a que, en el margen derecho de la calzada, existían numerosos taludes descendientes desprotegidos, según el fallo. En un momento de pánico, la mujer accionó el teléfono "bortxa" de ayuda a víctimas de violencia de género y, al llegar a las cercanías de Mungia, localizó a una patrulla de la Policía Municipal a la que requirió auxilio.

En su sentencia, la Audiencia corrobora que el acusado "efectuó de modo reiterado y persistente" maniobras que pudieron haber causado "un accidente de gravedad con innegable implicación para la vida de su mujer y de su hija".