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sergio llamas
Jueves, 27 de noviembre 2014, 00:30
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Tres bares clausurados temporalmente en Barakaldo en poco más de un mes por su vinculación al tráfico de drogas. La Policía de la segunda urbe vizcaína arrestó el martes por la mañana a un joven de 30 años vecino de Bilbao, E.H.E.F., que regenta un bar en la calle Balejo de Cruces, después de encontrar 50 gramos de hachís ocultos en la campana extractora de humos. La operación se suma a la detención de otro hombre de 52 años el pasado 9 de octubre, en un local de la calle Bizkaia, entonces con 70 gramos de hachís preparado para su venta, y a otras dos personas de 28 y 29 años en la calle Castilla-La Mancha apenas dos semanas más tarde, después de que los agentes fueran testigos de una venta. En ambos casos, los establecimientos fueron precintados de manera cautelar.
La misma medida se ha tomado ahora con el local de la calle Balejo. Según advirtieron en el Ayuntamiento fabril, se da la circunstancia de que hace tres años el bar ya fue cerrado por el mismo motivo, si bien entonces el establecimiento estaba regentado por otra persona. El arrestado, que fue interrogado en la tarde del martes, ha sido puesto a disposición judicial acusado de un delito contra la salud pública.
Tapadera
Como en los dos casos anteriores, la Policía de Barakaldo actuó alertada por los vecinos, que manifestaron sus sospechas de que se traficara con droga en el interior del local. Los agentes desplegaron un dispositivo de vigilancia de paisano a lo largo de varios días. No tardaron en comprobar que «la mayoría de los clientes», según revelaron fuentes municipales, «permanecían apenas unos minutos en el bar y no consumían ninguna bebida».
Este comportamiento hizo saltar las alarmas. Los agentes sospecharon inmediatamente que el local podía estar utilizándose como tapadera. Tras ser testigos de varias ventas de hachís, los policías procedieron a detener al encargado del local y registraron a fondo las instalaciones en busca de droga. Como resultado de sus pesquisas, hallaron 50 gramos ocultos en la campana extractora. «La cantidad aprehendida es lo de menos. Lo importante son las pruebas que evidencian el tráfico de drogas», señalaron desde el Consistorio.
Según revelaron fuentes municipales, el arrestado y presunto responsable del tráfico de drogas entraba a la cocina para cortar la droga con un cuchillo y envolver la dosis para su venta inmediata. «Apenas tardaba un minuto. Cuando se agotaba, reponía el hachís», detallaron.
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