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Morante y Perera se abrazan en una imagen de archivo. reuters
Miguel Ángel Perera sustituirá a Morante

Miguel Ángel Perera sustituirá a Morante

El torero pacense saltará al albero bilbaíno el martes en compañía de El Juli y Roca Rey para estoquear un encierro de Garcigrande

Alfredo Casas

Viernes, 18 de agosto 2017, 03:05

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Tras la sorpresiva retirada de Morante de la Puebla el pasado domingo por la noche, y libre la vacante del torero hispalense en la rematada terna anunciada en Vista Alegre el próximo martes 22 de agosto, los miembros de la Junta Administrativa notificaron ayer por la tarde la definitiva contratación del diestro Miguel Ángel Perera. Inicialmente apartado de la cartelería bilbaína por cuestiones ganaderas, ambas partes no llegaron a un acuerdo respecto al encierro a lidiar por el diestro extremeño, Miguel Ángel Perera hará finalmente el paseíllo en el ruedo de la capital vizcaína junto a El Juli y Andrés Roca Rey, para estoquear un encierro de Garcigrande.

Aún perdura en la memoria de la afición bilbaína la soberbia faena que Perera cuajó el 21 de agosto de 2014 a ‘Hechicero’, un bravo astado que lució divisa rojiblanca y perteneció, casualidades de la vida, a la vacada charra de Domingo y Justo Hernández. Pero no hace falta retrotraerse al pasado lejano para entender las razones de la urgente contratación. El pasado martes, Miguel Ángel Perera cuajó una colosal faena, rebosante de confianza, mando y dominio, al toro ‘Arpón’, también herrado con el hierro de Domingo Hernández, en la plaza de toros de San Sebastián. Que el resultado de su actuación quedara en una solitaria oreja es consecuencia exclusiva del pinchazo que precedió a la estocada definitiva. De lo contrario, Perera hubiera salido de Illumbe a hombros. El refrendo donostiarra no es más que la culminación de una primera quincena de mes en el que Miguel Ángel acumula triunfos y puertas grandes. Atraviesa el torero pacense un momento para no perdérselo, para saborearlo.

Todo empezó muy cerca de San Sebastián y Bilbao, concretamente en Azpeitia, donde Perera se encajó, entregó y abandonó para desorejar a un bravo ‘fuenteymbro’ -‘Hostelero’-, premiado con la vuelta al ruedo, al que construyó un autoritario, templado e intenso trasteo. Difícil torear más despacio y llevar más tiempo metido en una muleta a un toro. Lógico que fuera designado triunfador de la feria de San Ignacio. Pocos días después, Miguel Ángel cuajó una de sus más rotundas actuaciones de la temporada en Huelva, donde paseó las cuatro orejas de su notable lote de Torrealta.

Cartel de relumbrón

Dos nuevas actuaciones engalanan la estadística estival del insigne sustituto de Morante. Solo una controvertida decisión presidencial impidió que Perera saliera a hombros del coso de Huesca el 10 de agosto, después de exprimir a un complicado ejemplar de Buenavista. Cuatro días más tarde, la suficiencia y poder de Miguel Ángel, también la profundidad de su toreo al natural, le permitieron cortar el único trofeo del cuarto festejo de abono de la feria de la Virgen de Begoña de Gijón. Estas son razones de peso.

Sin entrar en escabrosas comparaciones, admitiendo de antemano la genial personalidad de Morante, a tenor del momento de redondez que atraviesa Miguel Ángel Perera, la afición bilbaína ni pierde ni gana con el cambio. Por fortuna, el cartel mantiene el relumbrón que inicialmente arrastró al gran público hasta las taquillas de Vista Alegre. La tarde del martes es para no pensárselo.

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