Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
JULIÁN MÉNDEZ
Jueves, 24 de julio 2014, 01:31
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
«Me quiero morir, no quiero ver esto», sollozaba el maquinista Francisco José Garzón Amo, con la cara cubierta de sangre y media docena de costillas rotas, poco después del accidente de Angrois. «Espero que no haya muertos, porque caerán sobre mi conciencia», dijo entonces. ...
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
TodoAlicante
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.