Borrar
Miko, el perro de Sergio.
Las mascotas, uno más de la familia

Las mascotas, uno más de la familia

El sacrificio de Excálibur, el perro de Teresa Romero, la auxiliar de enfermería contagiada por ébola, ha reabierto el debate sobre la importancia de las mascotas en la vida de las personas. ¿Qué significa para una persona tener una mascota?; ¿Hasta qué punto puede ser importante en su vida?; ¿Puede tener un vínculo similar al de un humano?

Javier Varela

Sábado, 11 de octubre 2014, 07:23

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Las redes sociales, los medios de comunicación, las conversaciones en el transporte público, en las cafeterías y en el supermercado han centrado este debate en la figura de Excálibur. Sergio Jiménez, dueño de Miko, un perro de once años que está ciego, un poco sordo y tiene artritis, lo tiene claro: "Me da felicidad, me hace compañía, con él paseo a diario y me obliga a hacer deporte. Es activo, cariñoso, siempre está pendiente de mí. Me cuida cuando estoy enfermo, me consuela cuando estoy triste". Una opinión que comprende el psicólogo Gonzalo Cabello Arribas: "A cada persona el hecho de tener una mascota o animal de compañía le aporta un beneficio único, personal; pensemos por ejemplo en las personas que viven solas, sin familia, en las personas con discapacidad física e incluso psíquica Seguro que todos coinciden en que les aporta felicidad".

Y es que ese debate sobre la 'condición' humana de las mascotas para muchas personas ha focalizado la situación de Excálibur. "Sólo hay tres personas más importantes que él en mi vida. Eso no quiere decir que no tenga cariño a la gente y que no sepa que la vida humana es más importante, pero mi perro es también mi familia", señala Sergio. "No se trata de comparar o hacer ránkings, se trata de que él siempre está cuando otros no están", añade el dueño de Miko. Para el psicólogo "no sería preciso hablar de un vínculo similar -al de un humano- pero sí cercano el que llega a establecer una mascota con su dueño, sin olvidar evidentemente de qué mascota estemos hablando, pero en casi todas ellas podríamos hablar de un vínculo basado en la confianza y dependiendo de la especie, un vínculo emocional".

De hecho, muchos de los que defendían el innecesario sacrificio de Excálibur, centraban sus argumentos en la importancia que tenía el perro para una pareja que no había podido tener hijos a pesar de haberse sometido a tratamientos. "En el caso de los perros, son animales capaces de brindar cuidados y atención, llegando en muchos casos a ser considerados como un miembro más del grupo familiar", explica Gonzalo Cabello. "Los vínculos que se establecen entre una mascota y su dueño son los que nos permiten entender los a veces elevados costes veterinarios que se pagan, la proliferación de residencias caninas para el cuidado de la mascota cuando su dueño está ausente, por no hablar del dolor por la pérdida cuando fallecen; todo esto nos informa de lo importante que son las mascotas para la persona que tiene una en su casa", añade el psicólogo.

Sergio, el dueño de Miko comparte la idea del especialista: "Hay gente que quiere a su equipo de fútbol más que a sus tíos o primos, otros que quieren más a su trabajo que a sus amigos, los hay que quieren más al dinero que a gente a la que no conoce. Y ¿no puedo querer más a mi perro que a muchas personas que me rodean? El perro no es un mueble, es un ser vivo que me aporta más felicidad que la mayoría de la gente que tengo al lado".

Cuando a una mascota, por ejemplo en el caso de los perros, le separan de forma traumática de su dueño puede provocar que sufra lo que se conoce como "el síndrome de ansiedad por separación", señala Gonzalo Cabello. En el caso de los perros, cuando viven la separación de su dueño, "podemos hablar de sufrimiento psíquico o bien cuando han pasado por experiencias traumáticas como permanecer en una perrera", añade el especialista.

Quizá por eso Sergio Jiménez no entiende que "la gente hable de humanidad para justificar el sacrificio del perro" y se pregunta: "¿No hay mayor humanidad que esperar a que tenga síntomas para ver si se le puede currar? ¿Por qué matarle si a lo mejor no está enfermo? Es una muerte innecesaria. Por otra parte, yo creo en el Dios cristiano, ¿no somos todos, incluidos los perros, hijos de Dios? ¿Por qué hay gente que piensa que su vida tiene más valor que la de un animal?". Unas preguntas que dan más juego a un debate que parece no tener fin.

Porque en la relación entre los hombres y las mascotas -en este caso con los perros- "los beneficios son más que evidentes", explica el psicólogo. "Nos dan cariño, ayudan a combatir el sentimiento de soledad y la depresión, estimulan y mejoran nuestra vida social, estimulan a los niños y le permiten adquirir hábitos de responsabilidad, refuerzan nuestra autoestima nos hacen más humanos y nos hacen reír", asegura.

Pero no sólo son importantes los beneficios en el día a día, ya que "no podemos olvidar que en la actualidad existen una amplia variedad de terapias psicológicas que se valen de mascotas para mejorar la vida de los pacientes", finaliza Gonzalo Cabello.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios