"Confío en que se llegue a un acuerdo con la industria", dice Darpón

El consejero de Salud de Euskadi, Jon Darpón, parece estar dispuesto a incluir la terapia en el catálogo de Osakidetza, aunque con determinadas condiciones. Si no se dan, no habrá tratamiento. "Lo vamos a tener difícil", reconoce; aunque añade: "pero espero que lleguemos a un punto de alineamiento (con la industria farmacéutica y los médicos que prescribirán la terapia) para que las dificultades no sean insalvables; y lleguemos a decir que no se puede usar".

El máximo responsable de la sanidad vasca confirma a EL CORREO que, en este debate, tiene un peso importante "la preocupación" de su departamento "por la sostenibilidad del sistema". El dinero no llega para todo. Aun así, "esto no es la primera vez que nos pasa", añadió en referencia a la aparición de la triple terapia antirretroviral, que permitió sobrevivir a los infectados por el virus del sida y determinados tratamientos oncológicos, también muy caros.

Criterios y prioridades

"Al ser un problema global se han ido buscando encajes entre quien produce el fármaco, quien lo tiene que prescribir y quien lo tiene que financiar". En ese "alineamiento" al que se refiere incluye también al Ministerio de Sanidad y a las "centrales de compra" de los diferentes servicios de salud.

Clínicos y afectados son conscientes de que en un primer momento el tratamiento no podrá llegar a todos los pacientes. Será necesario fijar prioridades y establecer los criterios para la inclusión de los afectados en los programas de nuevas terapias. La Asociación Española para el estudio del Hígado que dirige Jaume Bosch trabaja ya en la elaboración de un documento, que entregará pronto al Ministerio de Sanidad.

Los primeros beneficiarios serán seguramente "los pacientes más graves, los que requieran asistencia con más urgencia". Después, si las cosas salen como quieren todos, especialmente los pacientes, el margen se irá ampliando con el fin de que, "con el tiempo, se convierta en una terapia universal".