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El biólogo español Francisco J. Ayala.
"La persona no se puede clonar"

"La persona no se puede clonar"

El especialista en evolución humana y exasesor de Clinton, sostiene que el creacionismo sobrevive "por ignorancia científica y tecnológica"

ARANTXA ALDAZ

Domingo, 12 de octubre 2014, 01:33

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No hay sitio para la palabra jubilación en la inagotable carrera científica de Francisco J. Ayala (Madrid, 1934). "Ser joven o no tiene que ver con la mente", explica este biólogo, especialista en evolución humana, conferenciante internacional y que también fue asesor científico del presidente Bill Clinton y científico de referencia del Vaticano. Afincado en Estados Unidos desde que emigró para estudiar el doctorado en la Universidad de Columbia, la pasada semana visitó Euskadi para asistir al XI Congreso Internacional de Ontología, celebrado en Chillida Leku, en Hernani. Ayala, un exfraile dominico que estudió Física, marchó en la década de los 60 a Estados Unidos a hacer el doctorado en la Universidad de Columbia. Doctor honoris causa por veinte universidades, entre ellas la UPV, es profesor en la de California, en Irvine.

¿Es más lo que sabemos o lo que no sabemos sobre el origen y evolución del ser humano?

Siempre es más lo que no sabemos. Suelo utilizar una metáfora. El conocimiento científico es como una isla. Lo que se sabe es la isla, lo que no se sabe es el océano de alrededor. Cuanto más sabemos, tenemos más idea de lo que no sabemos. Por eso la ciencia no puede terminar nunca, siempre va a haber nuevos conocimientos. Sabemos mucho de la evolución humana. Tenemos cientos de fósiles de antepasados o especies del linaje humano, y en un tiempo reciente hemos aprendido mucho estudiando los genes, que nos ayudan a entender qué es el ser humano y cómo hemos evolucionado.

¿Qué han aprendido de los genes?

Lo que sabemos de los genes es todavía poquísimo. Un genoma humano consiste en 3.000 millones de pares de nucleótidos, que solemos representar con letras. Entonces tenemos 3.000 millones de letras. Si quisiéramos imprimirlo, ocuparía unos 1.000 volúmenes del tamaño del Quijote. Tenemos la secuencia del ADN, pero es como tener los mil volúmenes escritos en un lenguaje que no entendemos. Tenemos que ir aprendiendo a leer ese lenguaje poco a poco. Lo que entendemos de ese lenguaje es una fracción muy pequeña. Hemos descubierto 20.000 genes, que serían menos de 20 millones de nucleótidos. Y tenemos 3.000 millones. Hubo científicos que decían que el resto era genoma basura. Ahora estamos aprendiendo que sí tiene importancia. En los últimos diez años, se han descubierto cantidad de secuencias de ADN que son fundamentales para comprender el genoma humano.

¿Cuál sería el misterio clave pendiente de resolver?

Seguramente lo más importante sería descubrir los genes que están envueltos en la evolución del cerebro. La Neurobiología trata de estudiar el cerebro y está entendiendo muchas cosas, pero de nuevo estamos al principio de comprender el cerebro. Todavía no entendemos cómo estas actividades de comunicación de las células neuronales se transforman en ideas y pensamientos, cómo el cerebro se transforma en mente.

La teoría de la evolución

¿La teoría de la evolución siempre está cambiando?

Hoy sabemos con respecto a la evolución mil veces más de lo que sabía Darwin, igual que Mendel fue casi al mismo tiempo el que inició la genética moderna, que desde entonces ha avanzado enormemente. Por ejemplo, Darwin no sabía que existía el ADN, ni que existían genes. Para cuando murió, Mendel ya había publicado sus trabajos fundamentales, pero no eran conocidos hasta que 36 años después otros científicos descubrieron los descubrimientos de Mendel, que es cuando empieza la genética a expandirse. Es una de las ciencias que está avanzando más rápidamente. Suelo decir que el siglo XX fue principalmente el siglo de la Física, pero el siglo XXI es el siglo de la Biología. Hay más científicos trabajando en Biología que en las ciencias físicas.

¿Se puede predecir cómo vamos a evolucionar en el futuro?

No. De todas maneras, la evolución biológica ocurre en una escala de miles de años para obtener cambios significativos. La evolución cultural cambia en una escala de un año, de un mes o de un día. Desde hace tiempo, los humanos no nos adaptamos al ambiente cambiando los genes con arreglo a las necesidades del entorno, que es como la evolución biológica supone. Nosotros ahora manipulamos el ambiente para que esté de acuerdo a nuestros genes. Hemos conquistado los mares sin haber desarrollado agallas y volamos mejor que ningún pájaro, construyendo aviones. Es la evolución tecnológica la que hace posible la evolución humana en sentido moderno.

Manipación genética

¿Qué puertas del conocimiento ha abierto la genética que otras ciencias no han hecho?

Una de las cosas que va a pasar con los avances de la genética es que va a ser posible curar muchas enfermedades. Ya sabemos curar bastantes, pero las curamos en los individuos corrigiendo los genes, pero sin corregir los genes en las células sexuales reproductivas. Es decir, las personas que llevan un gen defectuoso pueden curarse, pero también hay que curar a sus descendientes. En su día seremos capaces de manipular los genomas de estas células sexuales, corregiremos los genes en los individuos y en sus descendientes.

¿Esas técnicas no suponen un riesgo de manipulación genética?

Por eso es mejor pensar en la manipulación genética para curar enfermedades y no para hacer un hombre mejor. Uno de los primeros genéticos en obtener el Premio Nobel, H.J. Muller, proponía en sus estudios de los años 50 y 60 clonar genomas de personas ilustres. Por ejemplo, fertilizar en laboratorio semen de hombres famosos y óvulos de mujeres famosas, una idea que es completamente absurda, por diferentes razones. No tiene sentido a nivel biológico, muchos menos a nivel cultural. Tratando de multiplicar los genes de Leonardo ca Vinci o del presidente Lincoln, que son dos de las personas que Muller citó, lo que puede salir es un Hitler o un Bin Laden. Porque lo que le hizo a Lincoln ser Lincoln y a Leonardo ser Leonardo es la evolución cultural que tuvieron:la educación, la interacción con otras personas. Hitler, si hubiera nacido en otro contexto, hubiera podido ser un gran benefactor de la humanidad.

Los genes no nos determinan.

No. Es la interacción entre genes y el ambiente lo que determina lo que somos. Clonando los genes de un individuo no vamos a tener a ese individuo. Dicho de otra manera, la persona no se puede clonar.

Si se sabe tanto de la evolución humana, ¿cómo es posible que sobreviva una corriente como el creacionismo?

Simplemente, ignorancia. Ignorancia no solo científica sino también teológica. EE UU es un país muy religioso, pero la mayoría de estas personas no tienen una educación religiosa. No se puede interpretar la Biblia como un libro científico, sería autodestructivo. Hay muy pocos intelectuales que sean creacionistas. No se dan cuenta de que hoy tenemos la evidencia de que los organismos han evolucionado. La evidencia es más contundente que el hecho de que la Tierra gira alrededor del Sol.

Ciencia y religión

Usted es científico y cree en Dios. ¿Esto no le supone un debate con la comunidad científica, donde hay muchos ateos confesos?

Un gran evolucionista y buen amigo mío, Richard Dawkins, dice que creer en Dios es absurdo y contradictorio a la ciencia. Yo no lo creo. Religión y ciencia tratan de cosas diferentes. Yo las describo como dos ventanas para mirar el mundo. La religión se ocupa de los valores morales y de la existencia de Dios. La ciencia se ocupa de la construcción de la materia, de entender los genes... La contradicción surge cuando una de estas dos ramas del conocimiento traspasa sus límites y empieza a hacer afirmaciones sobre la otra. Por ejemplo, cuando la religión dice cómo surgieron los humanos, o cuando los científicos tratan sobre los valores espirituales.

A su juicio, ¿la religión no debería inmiscuirse en un tema como el del aborto, por ejemplo?

Ahí se ve la interacción. Los embriones no son seres humanos. Una colección de genes en una célula no es un ser humano. Un ser humano empieza a ser humano cuando nace. Es una cuestión de valores, que no solo vienen de la religión y que tienen que ver con el respeto al ser humano. La religión no se debería meter en estas cuestiones.

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