El debate a cuatro barre en Euskadi y reúne a 437.000 espectadores, un 55,7% de la audiencia

El seguimiento fue importante en todas las comunidades, con Madrid y Aragón a la cabeza. Y en el País Vasco casi seis de cada diez televidentes se conectaron al debate entre Mariano Rajoy (PP), Pedro Sánchez (PSOE), Albert Rivera (Ciudadanos) y Pablo Iglesias (Unidos Podemos). El casi medio millón de espectadores vascos se tradujo en un 55,7% de 'share'. Un porcentaje notable que evidencia que el interés por esta segunda cita con las urnas, lejos de decaer, ha aumentado varios enteros. Estos 437.000 espectadores son más que los que siguieron el anterior debate a cuatro (412.000) y el encuentro a dos entre Rajoy y Sánchez (386.000) de diciembre.

En el conjunto de España la cita de anoche, moderada con dificultades por Pedro Piqueras, Ana Blanco y Vicente Vallés, también ha marcado diferencias en positivo respecto a la convocatoria de diciembre. Entonces Rajoy y Sánchez reunieron a 9,7 millones de espectadores en el ya tristemente célebre vis a vis del «indecente» y a 9,2 millones congregaron Iglesias, Rivera, Sánchez y Sáenz de Santamaría en el debate a cuatro, frente a los 10.496.000 actuales. Que se dispararon hasta los casi 12 millones en el 'minuto de oro', registrado a las 22.41 horas, cuando los candidatos debatían sobre empleo. Había curiosidad por comprobar si el debate le metía un gol al fútbol. Y lo hizo, ya que el encuentro entre España y República Checa anotó 8,8 millones largos. Claro que se emitió a la hora de la sobremesa y el debate en el 'prime time', con lo que los políticos jugaban 'con ventaja'.

Porcentualmente también ha habido un salto respecto a los debates que se emitieron en el mes de diciembre, ya que se ha pasado de shares de 42,6% y el 44%, respectivamente, al 57% de anoche. Traducido: más de la mitad de la gente que estaba viendo la tele seguía el rifirrafe entre los candidatos. Claro que la incógnita es qué veían los demás, porque todas las cadenas principales menos Cuatro (tenía una película) pincharon la señal que facilitó la Academia de la Televisión, organizadora de un evento con notables fallos. La Sexta volvió a reafirmar su liderazgo y fue la opción preferida de los espectadores (2,6 millones siguieron a través de su señal el programa), seguida de La 1 (2,4 millones).

Las cifras permiten sacar pecho, si no a los políticos, sí al menos a la televisión. Que ha vuelto a reafirmar su peso en una campaña que más que en los mítines se está haciendo en la pequeña pantalla. Aunque notables, los datos quedan a años luz del techo al que elevaron Zapatero y Rajoy las audiencias televisivas. Los dos cara a cara que protagonizaron en los comicios de 2008 reunieron a 13 y 12 millones de espectadores respectivamente, unos números que hoy en día son inalcanzables. Por la fragmentación de las audiencias y por la constante presencia televisiva de los candidatos. Que vayan a la tele no es nuevo, pero sí que aparezcan todos los días. Hace ocho años eso no ocurría. Y tampoco hace veinte. En 1993 Felipe González y José María Aznar se encontraron en un cara a cara moderado por Manuel Campo Vidal, anoche ausente de la mesa de los moderadores, y reventaron los audímetros con un 75,3% de cuota de pantalla, un porcentaje absolutamente excepcional y que ya no consigue ni la más atractiva de las finales de fútbol. En número absolutos la cosa no fue tan llamativa: 10,5 millones. Prácticamente los mismos que siguieron anoche el debate a cuatro.