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Pedro Sánchez.
Sánchez: «Me presentaré a las primarias y las ganaré»

Sánchez: «Me presentaré a las primarias y las ganaré»

El secretario general del PSOE lanza reproches velados a Susana Díaz y a quienes tratan de moverle la silla

Paula De las Heras

Martes, 20 de enero 2015, 10:59

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En el partido socialista son ya muchos los que dan por muerto (políticamente hablando) a Pedro Sánchez, pero él tiene intención de dar la batalla por seguir siendo el secretario general del PSOE y liderar la candidatura a la presidencia del Gobierno hasta el último aliento (sí, políticamente hablando). Un día después de que Susana Díaz hiciera tronar los tambores de un adelanto electoral en Andalucía, en el que muchos ven el preludio de su desembarco en Madrid, Sánchez ha reiterado que se presentará sí o sí a las primarias del próximo mes de julio. Y no ha eludido el tono beligerante. "Créame, no sólo me presentaré sino que las ganaré", ha dicho.

El jefe de filas de los socialistas -elegido hace apenas seis meses en un congreso extraordinario al que Díaz no quiso concurrir porque, según alegó entonces, no podía dejar Andalucía empantanada - no ha dejado pasar la ocasión de lanzar, durante una entrevista en RNE, dardos velados contra la presidenta andaluza y contra quienes ahora se proponen apartarlo del camino. "Creo que se equivocan aquellos que creen que la voz de los militantes de base debe tener un corto periodo de tiempo. Al contrario, yo vine para cambiar el PSOE y para cambiar España", ha dicho.

En su tono se detecta un cierto sentimiento de traición. Fuentes de su entorno admiten que las primeras noticias sobre las reuniones que Díaz estaba manteniendo con pesos pesados del partido en Sevilla, para transmitirles su sensación de que el secretario general "no pita", le pillaron de sorpresa. Y que tampoco se olió los planes del adelanto electoral a marzo, una fecha que podría permitir a la líder andaluza organizar su casa, contar por primera vez con el aval de las urnas (es presidenta porque así lo quiso José Antonio Griñán en su primer año de la legislatura) y, una vez obtenido, presentarse a las primarias y a las generales de otoño.

Sánchez, que durante su campaña a la secretaría general contra Eduardo Madina prometió que mantendría las primarias abiertas a los ciudadanos en noviembre, se dejó convencer después para retrasarlas a julio por todos aquellos que habían impulsado su victoria: la docena de barones que habían pedido a Díaz que se presentara y que, comandados por esta, hicieron lo posible por aplastar al vizcaíno, al que culpaban, junto a Alfredo Pérez Rubalcaba, del fracaso de sus planes. El argumento fue, entonces, que no era bueno meterse en otra batalla interna a seis meses de la elecciones municipales.

Lo fácil

De haberse celebrado en noviembre esas primarias, Sánchez habría sido probablemente candidato único. "Habría sido lo más fácil. Las postergué al mes de julio porque creía y creo que el PSOE donde se tiene que volcar es en las elecciones municipales y autonómicas", ha defendido. "De hecho, yo me estoy dejando la piel. No me puede decir nadie que no estoy volcándome con los candidatos". La queja tiene su porqué. Entre los muchos carteles que adjudicaron a Sánchez quienes, tras apoyarle en julio, comenzaron a cuestionar sus capacidades para ser candidato a la presidencia del Gobierno estaba el de que se preocupaba más por su ambición personal que por el conjunto. Oída la recriminación, él se programó actos con todos los candidatos.

Nada parece servir. En el partido muchos creen que la relación entre el secretario general y la presidenta andaluza ha pasado ya el punto de no retorno y que no podrá recuperar su confianza. Dicen que debió haberle rendido más pleitesía, haberle reconocido con gestos, llamadas y consultas que si está donde está es porque ella le alfombró el camino. Aún así, el joven dirigente, que ha enfadado a otros muchos de quienes le apoyaron con su política (desde José Luis Rodríguez Zapatero a José Blanco), mantiene el teatro de la normalidad. "Iré a Andalucía a ayudar a Susana", ha dicho. "En España necesitamos mucho líderes, referentes políticos y sociales. Y si son de nuevas generaciones mejor. El PSOE fue grande - ha apurado- cuando tuvo muchísimos líderes"

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