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Dos agentes trasladan a una de las detenidas en Melilla.
Una red yihadista captaba a menores en Facebook para el Estado Islámico

Una red yihadista captaba a menores en Facebook para el Estado Islámico

Doce mujeres españolas habían sido adoctrinadas a través de grupos privados de WhatsApp para marchar a Irak y Siria

melchor sáiz-pardo

Miércoles, 17 de diciembre 2014, 00:26

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La red yihadista desmantelada ayer en España y Marruecos era, según los servicios de información, una de las tramas más peligrosas de Europa dedicadas a la captación de mujeres para la guerra santa. Los siete detenidos en Ceuta, Melilla, Barcelona y en la localidad marroquí de Castillejos habían tejido una verdadera tela de araña en internet para reclutar a adolescentes y mujeres muy jóvenes, a las que iban convenciendo para abandonarlo todo y convertirse en milicianas y en esposas -en realidad, esclavas sexuales- de los muyahidines del Estado Islámico (EI), la organización terrorista que ha impuesto la ley de la sharia en vastas zonas de Irak y Siria a base de ejecuciones sumarias.

Los detenidos en Melilla -dos mujeres y un hombre-, Ceuta -una joven de 21 años-, Barcelona -otra mujer de nacionalidad chilena- y Castillejos -dos varones- tenían como principales zonas de operación los dos primeros enclaves, aunque también intentaron fichar a sus víctimas en otras regiones de España. Según la Policía, ya habían captado a doce mujeres, muchas de ellas menores o adolescentes. Todas habían dado el sí para marcharse a Turquía en breve y desde allí llegar a las zonas bajo control de las huestes del Abu Bakr al-Baghdadi, el autoproclamado califa del EI.

La red desarticulada en la denominada operación Kibera funcionaba como una secta. El primer paso lo daban las cuatro mujeres. Ellas se dedicaban a buscar víctimas en las redes sociales, fundamentalmente en Facebook. Buscaban un perfil muy particular: jóvenes o menores de edad, con bajas expectativas socio-laborales, usuarias de redes sociales sin supervisión paterna y de religión musulmana, aunque tampoco descartaban captar a infieles.

Cuando habían encontrado a su candidata, la sometían a través de Facebook a un bombardeo de mensajes con la consigna de que «la crisis de valores en la sociedad occidental actual solo puede ser compensada a través de la interpretación extrema de los valores del islam». Poco a poco, las cuatro detenidas iban filtrando a las candidatas hasta seleccionar a las que pasaban a la fase siguiente, donde eran redirigidas a foros muchos más privados. La red usaba fundamentalmente grupos privados de WhatsApp, que eran administrados por las captadoras. Allí, los sutiles mensajes de Facebook se tornaban en arengas invitando a las mujeres a pasar a la acción y dejar a sus familias. Las que respondían positivamente a esos mensajes pasaban a una tercera fase, en foros de internet aún mucho más cerrados.

La fase final, a la que solo accedían las mujeres convencidas de incorporarse al Estado Islámico, era el contacto personal con alguna de las captadoras para ultimar el viaje a Irak y Siria. La mayoría de las doce mujeres reclutadas habían llegado a este penúltimo paso.

Interior insistió ayer en el riesgo que suponen estas captadoras para jóvenes con problemas y ganas de aventuras. La imagen de vivir en un «idílico» Estado Islámico dista mucho de la realidad de vejaciones que sufren las mujeres en las zonas bajo control de Abu Bakr al-Baghdadi. Aunque el papel de las captadoras era fundamental, el grupo estaba dirigido por los dos detenidos en Castillejos, localidad fronteriza con Ceuta y semillero de yihadistas. Los cinco detenidos en España serán puestos mañana a disposición del juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz.

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