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Un grupo entrando en la mina durante una visita.
Aprendiendo a ser mineros en Oiartzun

Aprendiendo a ser mineros en Oiartzun

La mina guipuzcoana de Arditurri une la naturaleza del Parque Aiako Harriak con una actividad industrial que arrancó en la época romana

Igor Barcia

Viernes, 21 de noviembre 2014, 01:57

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La frase sirve para reflejar lo que se esconde bajo el espectacular macizo granítico de Peñas de Aia (Aiako Harria). "Seiscientos hombres trabajando durante doscientos años no hubiesen sido suficientes para horadar todas estas galerías". Esta frase que el ingeniero Juan Guillermo Thalacker escribió en 1803 tras visitar las minas de Arditurri en Oiartzun permitirá hacerse a la idea de la magnitud y singularidad del coto minero, uno de los pocos en España que ha sido explotado durante más de 2.000 años de manera casi ininterrumpida, aunque restos encontrados en el entorno de la mina apuntan que la actividad podría haber comenzado incluso antes de la época romana. La actividad en Arditurri finalizó en 1984 y su licencia de explotación caducó en 1985.

Tras el cierre se realizaron una serie de investigaciones, diagnosis, proyecto y trabajos para solucionar los problemas medioambientales derivados de la explotación minera (presencia de minerales pesados en el río, residuos) y en la primavera de 2007 fue aprobado el proyecto de puesta en valor del coto minero y adecuación de la galería. Desde junio de 2008, la mina se puede visitar y es un plan más que recomendable para acudir con niños y descubrir, además del lugar, el Parque Natural Aiako Harria.

Cuando llegamos a Arditurri, el paisaje es claramente minero, con escombreras, canteras a cielo abierto, bocas de minas, antiguos edificios de la explotación y hasta el trazado del ferrocarril que permitía transportar el mineral al puerto de Pasaia, ahora reconvertido en vía peatonal y bidegorri. En el subsuelo decenas de kilómetros de galerías, que completan el coto de mayor relevancia de Gipuzkoa.

Recorrido por las galerías

La visita arranca en el Centro de Interpretación, situado en el antiguo edificio del laboratorio de las minas, donde se explica la riqueza patrimonial, cultural y natural del parque y de las minas. La planta baja se dedica a describir las excelencias del entorno natural, y en la primera nos cuentan en la visita los secretos de la explotación minera.

Una vez recibida esta información general, el visitante se adentrará en la primera galería acondicionada para ser recorrida, lo que supone el mejor momento para los más pequeños en esta visita, que se concibe como un viaje a través del tiempo. La iluminación y el sonido juegan un papel relevante, ya que permiten crear en la galería un ambiente que traslada al visitante a las diferentes épocas de la historia de las minas.

La galería tiene una longitud de 180 metros. En el recorrido, acondicionado mediante un pasillo metálico, se aprecia su morfología y grandes dimensiones. Además, las luces desvelan algunos de sus secretos, como los antiguos cargaderos de material, pozos, vetas de minerales y pequeñas lagunas. El recorrido se realiza a través de galerías posteriores a la época romana, pero trazadas sobre ellas. En determinados puntos de la visita sí se pueden observar bocas de galerías romanas que quedaron en desuso.

Las nuevas tecnologías permiten recrear sonidos y ambientes vividos en el interior de la galería a lo largo de sus más de 2.000 años de explotación. Desde el ruido que hacen las rocas al desprenderse, el traqueteo de vagonetas o el arranque de un motor, pasando por el silencio más absoluto acompañado exclusivamente de oscilantes reflejos sobre las aguas de los lagos

De vuelta a la superficie, el exterior del coto minero ha sido acondicionado y se ha creado una zona de pic-nic, con mesas y bancos. Además, se ha instalado una pergola de 200m2, que servirá de refugio o de punto de encuentro tanto para la gente que visite el Parketxe - Centro de Interpretación, como para quien se encuentre paseando por el bidegorri. Este camino -para peatones y ciclistas- une las antiguas minas con el municipio de Oiartzun, por lo que incluso se pueden llevar bicis para completar la excursión por este paraje tan singular.

Carboneras en el parque

Por tercer año se va a encender la carbonera (txondorra) en Arditurri, con el objetivo de dar a conocer el oficio de los carboneros que tan importante ha sido en los bosques del entorno. Organizado por el Ayuntamiento de Oiartzun, la Diputación Foral de Gipuzkoa y la Fundación Gipuzkoako Parketxe Sarea, la carbonera se encenderá el dia 29 a las 18:30 de la tarde, acompañada de bertsolaris, pero antes (a partir de las 17:00), habrá pasacalle, taller de talos para niños, música, audiovisuales, castañas asadas y sidra.

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