Borrar
Tres jóvenes juegan con sus móviles.
El 'boom' de la economía colaborativa

El 'boom' de la economía colaborativa

Cenar en casa de un desconocido que ha preparado la comida, intercambiar ropa, alquilar libros de texto... La filosofía del compartir amenaza negocios tradicionales. La irrupción de Uber, que ofrece coches con conductor a precios reducidos, es solo el primer paso

Virginia Melchor

Martes, 17 de junio 2014, 00:26

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Las nuevas tecnologías sacuden todo a su paso. Conforman una nueva realidad que, más allá de defensores y detractores, ha llegado para quedarse. Industrias como la del taxi, la hostelería, el turismo, la música o los medios de comunicación luchan por adaptarse al ritmo digital. Por sobrevivir con éxito en un entorno caracterizado por cambios revolucionarios y en el que han surgido competidores adaptados a un mundo en el que todo, o casi todo, es posible con un simple clic. El desarrollo de Internet ha permitido eliminar los intermediarios, reducir los tiempos de compra y abaratar el precio de los productos o servicios adquiridos con sólo dar un golpe a la pantalla táctil del smartphone.

Es lo que se conoce como 'sharing economy', un término inglés cuyo uso se ha extendido para definir la filosofía del compartir o de la colaboración. Los expertos consideran que es un nuevo modelo social y económico que la sociedad reclama en época de crisis. Es el "dame lo que quiero y dámelo ya". La lucha entre la economía analógica y la virtual. Entre los taxistas que pagan sus licencias a precio de oro y se quejan de "intrusismo" y plataformas como Uber que reivindican el consumo colaborativo.

Las posibles represalias económicas anunciadas por Fomento a quienes "transporten viajeros en turismos por cuenta ajena mediante retribución económica" y sin licencias VTC, necesarias en estos casos, van especialmente dirigidas a esta aplicación móvil. Uber es un nuevo sistema para moverse por la ciudad alternativo al taxi y mediante el cual conductores particulares registran sus propios vehículos para ejercer de taxistas. Su desembarco en España se ha producido solo en Barcelona, pero el gremio del taxi se ha revelado contra la aplicación por toda Europa. Estas movilizaciones no han hecho sino aumentar la popularidad de la aplicación, que opera en 37 países de todo el mundo y que se ha convertido en la 'puntocom' privada más valiosa tras cerrar recientemente una recaudación de 1.200 millones de dólares (879 millones de euros) de fondos de inversión, que han valorado la empresa en 18.200 millones de dólares (13.400 millones de euros). A pesar de que todos los dardos han apuntado a Uber, es solo una de las 5.000 empresas que hacen competencia a los negocios tradicionales.

Transporte alternativo

Cada vez se compran menos coches. En su lugar, se recurre a BlablaCar, la aplicación más utilizada en España y líder en Europa. Acumula ya más de 3.000 millones de kilómetros compartidos entre ocho millones de usuarios de 12 países. Caarpooling es otra de las más demandadas dentro del territorio nacional. Sus casi 64 millones de viajeros transportados por 40 países de todo el mundo han ahorrado hasta el momento 700 millones de litros de gasolina. Dentro de las rutas de Amovens, otra plataforma que permite compartir coche, ya hay algunas planificadas por viajeros que no se perderán los festivales de verano de los Monegros, Rototom Sunsplash o el Dreambeach. Es uno de los pocos servicios que no percibe ninguna comisión por parte de sus usuarios. Carpling, la veterena, invita a sus usuarios a compartir, no solo coche, sino taxi, tren, parking y rutas en bici. Se le ocurrió a Daniel Isabel en 2008 como proyecto de fin de master.

Bienes y servicios

La empresa estadounidense Taskrabbitt pone en contacto a usuarios que se intercambian favores cotidianos como llevar un paquete, ordenar el trastero, sacar al perro de paseo o recoger y montar los muebles de Ikea. Dogvacay busca a un particular para que se haga cargo de las mascotas mientras sus dueños están fuera. Con Neighborgoods se compran, venden o alquilan artículos de uso doméstico, como herramientas o utensilios de cocina.

Empresas como Laundrii permiten a sus clientes que otros, cerca de su domicilio, les hagan la colada a cambio de 10 dólares, lo que incluye recoger la ropa, lavarla y doblarla. "Los usuarios pueden llevar tantas prendas como deseen. Lo único que pedimos es que el ciclo completo se cierre en un máximo de 72 horas", dice DeForest, creador de esta original empresa, que de momento solo opera en Estados Unidos.

La 'start-up' 99dresses, fundada por Nikki Durkin, una australiana de 20 años, conecta a miles de personas, generalmente mujeres, interesadas en intercambiar ropa a través de una aplicación. "Tenía el armario lleno y nada que ponerme, así que decidí resolverlo", cuenta Durkin. La página muestra el perfil de muchas de las clientas, incluyendo sus opiniones, el número de prendas que han comprado y el precio medio que han pagado, que suele estar entre 6 y 9 dólares.

Hostelería online

Buscar alojamiento en Nueva York, pasar un fin de semana en Berlín e incluso dormir en el apartamento que ocupaba Angela Merkel en su etapa de estudiante. Viajes que antes requerían echar mano al bolsillo y recurrir a agencias de viajes, cadenas de hoteles o buscadores online, ahora pueden resolverse en un par de horas en Airbnb, sin impuestos ni intermediarios. La compañía online creada en 2008 conecta a propietarios o inquilinos que quieren alquilar su casa o parte de ella con quienes buscan alojamiento. En la actualidad, la empresa ofrece 600.000 plazas en 34.000 ciudades de 192 países. En España, tiene más de 55.000 espacios, un 63% más que en el último año. Pero no es el único negocio que opera en el sector de la hostelería. Vayable conecta a guías turísticos, que en realidad son personas que conocen al dedillo su ciudad,con turistas deseosos de descubrirla.

"¿Lasagna en casa del vecino?" Así se anuncia Cookapp, una empresa argentina que desarrolla su actividad en EE UU, donde pone en contacto a cocineros, que cuelgan online los platos que van a cocinar, con usuarios que buscan cenar fuera de casa. En vez de en el restaurante, la velada transcurre en casa del cocinillas, tras pagar por adelantado a través de Internet.

Cibercultura

En EE UU, Chegg, Bookrenter.com, Textbooks.com, Campus Books Rentals, y hasta la mayor cadena de librerías del país, Barnes & Noble, alquilan los libros de texto para contrarrestar que ser estudiante cada vez sale más caro. Las más conocidas son Half.com, que es propiedad de eBay, y un servicio de Amazón que permite leer libros online.

La oferta en este ámbito sigue creciendo. Netflix es una plataforma online de alquiler de películas y series que ha cambiado por completo el panorama audiovisual en Estados Unidos. Con 48 millones de suscriptores en 44 países, amenaza con convertirse en una televisión a la carta. Amazon, Yahoo y Google ya la están imitando. Appe, por su parte, acaba de comprar iBeats, una empresa que ofrece musica en streaming.

Finanzas por Internet

Producir un disco solidario, escribir una novela fantástica o montar un banco de tiempo. El crowdfunding, en español financiación en masa o micromecenazgo, encuentra el dinero necesario para sacar adelante cualquier proyecto creativo a través de Internet. La idea es sencilla: un creador expone su proyecto, lo publicita y lo presupuesta. En un plazo limitado, recibe aportaciones de los mecenas, usuarios que confían en el proyecto y se involucran en él. Las aportaciones sólo se hacen efectivas si al acabar el plazo completa la financiación. Los mecenas, a cambio, reciben recompensas: obsequios, descuentos, experiencias... La empresa más conocida en este sector es KickStarter, que ha financiado 135.000 proyectos a través de aportaciones de de más de cinco millones de personas que han puesto unos 700 millones de euros. En España, destacan las plataformas Indiegogo, Lánzanos y Verkami.

Estas empresas cobran una comisión por cada transacción, y disponen de su propio software para gestionar los pagos, lo que las distancia de los bancos tradicionales y plantea una amenaza para el sector financiero. De hecho, Facebook está preparándose para entrar en el sector de los medios de pago, un área en la que ya están Amazón y Paypal. Ésta última es propiedad de eBay, la empresa de subastas on line que Pierre Omidyar creó en 1995.

Dinero virtual

El club del préstamo, LendingClub, es una plataforma que permite a sus usuarios pedir prestados entre 1.000 y 35.000 dólares a otros clientes. A día de hoy, más de 4.000 millones de dólares han pasado de unas manos a otras a través de este sistema. Cada día también se realizan miles de operaciones mediante la moneda electrónica Bitcoin. El portal de viajes Expedia anunció el jueves que aceptará ciertos pagos con este dinero vitual. Pero el pasado marzo las autoridades fiscales de EE UU anunciaron que lo tratarán como un activo de la propiedad, no un medio de pago. Siguen estrechando el cerco a esta cibermoneda después del desmantelamiento en octubre de 'Silk Road', el mercado negro digital de armas y drogas en el que se pagaba mediante Bitcoin. Compañías como eBay o Facebook se han aventurado a lanzar su propia moneda. Pero el dinero, el que emiten los bancos centrales, se resiste.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios