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Antonio Cassano abandonó el Parma esta misma semana.
No te vayas, Cassano
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No te vayas, Cassano

El genio de Bari rescinde su contrato con el Parma y medita su futuro en el fútbol

Jon Agiriano

Sábado, 31 de enero 2015, 01:54

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Antonio Cassano ha declarado que está pensando muy seriamente la posibilidad de dejar el fútbol. Sí, ya sé que unir en una misma frase los conceptos Cassano, pensamiento y seriedad provoca un oxímoron que deja en pañales el viejo sarcasmo de Pío Baroja sobre el pensamiento navarro, pero la noticia es la noticia. Estamos hablando de algo importante, señores. Hay motivos para alarmarse. De repente, se abre un abismo a nuestros pies. ¿Qué haríamos sin Cassano? Da miedo imaginarlo.

Todo se debe a la grave crisis económica que atraviesa el Parma, prácticamente en la ruina. De hecho, sus reiterados impagos a jugadores le han impedido participar en la Europa League esta temporada. Tras varios meses de tira y afloja, incapaz de conseguir que la directiva del club le pagara su sueldo, 'Talentino' ha llegado a un acuerdo para rescindir su contrato. "Me tomaron el pelo durante siete meses. Han destruido al Parma, un juguete que era perfecto. Con esta decisión, estoy perdiendo cuatro millones de euros, pero para mí la dignidad es más importante que el dinero", aseguró hace unos días el futbolista al programa 'Italia Uno. Tiki-Taka'.

Lo cierto es que no hay que perder la esperanza. Cassano ha dicho que "podría" dejar el fútbol. Agarrémonos, por tanto, al clavo de ese condicional. Y pensemos que, a sus 32 años y con unas cifras más que aceptables en el Parma -18 goles y 10 asistencias en 56 partidos-, ofertas no le van a faltar. De hecho, su primer club, el Bari, que milita en la Serie B, le ha pedido que vuelva a casa y hasta la Juventus parece que le ha sondeado. Otra posibilidad es que se vaya a Estados Unidos, pero a Cassano el 'soccer' siempre le ha parecido que huele a caldo de asilo. "Iré allí con cuarenta años, cuando no sea capaz de correr", dijo una vez. Y teniendo en cuenta lo que ha corrido este hombre en sus años de esplendor atlético no es fácil imaginar cómo actuará cuando no pueda con sus huesos.

Confiemos en que Cassano aguante un poco más. No es que sus admiradores esperemos mucho de él, entiéndanme. Ni siquiera esperamos que siga haciendo payasadas porque ya no nos divierten. No tiene gracia ver a un futbolista de su edad bajándose los pantalones en pleno partido, pegando patadas al banderín de córner o mojando a los masajistas cada vez que le dan un botellín. Tampoco esperamos de él declaraciones explosivas o descacharrantes. En realidad, ya las hizo todas en su biografía, 'Lo digo todo', un libro sin desperdicio. Uno es sensible y no ha podido olvidarlo. 'Talentino' recordó su infancia de pobreza en Bari pero puntualizó que "no había trabajado en su vida porque no sabía hacer nada"; reconoció que, si no llega a marcar aquel gol antológico al Inter tras su debut con el Bari, lo normal es que hubiera acabado siendo "un ladrón o un tironero"; puso a caldo a todos sus entrenadores salvo a Fachetti; alardeó de haberse acostado con "600 o 700 mujeres", y valoró con el corazón su estratégica amistad con uno de los camareros del hotel de Madrid en el que vivió durante su estancia en España, en concreto con el que le suministraba de madrugada "tres o cuatro croissants" para que recuperase energía tras sus embates amatorios.

En realidad, sus admiradores sólo aspiramos ya a verle pequeños detalles sublimes, de la misma manera en que, al final de su carrera, muchos fans de Curro Romero se contentaban con verle hacer el paseíllo. Sí, supongo que se trata de poesía, como bien explicó en su día Enric González en un párrafo memorable. "Cassano no es de los que rematan al bulto: eso es periodismo. Tampoco piensa en cómo ha llegado ahí el balón y en cómo marcar: eso es novela. Por supuesto, no busca el penalti: eso es ensayo. Los pies de Cassano intuyen y sienten: adivinan dónde hay un vacío, cuánto se puede esperar, quién está en cada lugar y por qué. Y, mientras marca, ríe. Además de feo, es cruel y desconsiderado. A Cassano, poeta, habrá que disfrutarlo mientras dure".

Pues eso. Que dure un poco más. Sólo pedimos eso.

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