Borrar
Una de las acciones del partido.
Turquía agota a Nueva Zelanda

Turquía agota a Nueva Zelanda

Los otomanos tiran de paciencia y ganan el segundo partido del Mundial en Bilbao gracias a un gran último cuarto

Juanma Mallo

Sábado, 30 de agosto 2014, 18:09

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Turquía ha tenido paciencia y se ha aprovechado de los nervios finales de Nueva Zelanda para conseguir la victoria en el segundo partido del Mundial celebrado en el Bizkaia Arena del BEC (73-76). Los 'kiwis', que han ejecutado la esperada Haka, su simbólica danza, antes del encuentro, han estado por delante en el marcador la mayor parte de un duelo que ha contado con más ambiente que el inicial, con más público y, por supuesto, más emoción. Con un final apretado, a pesar de que los oceánicos han tenido ventajas de hasta doce puntos en el último parcial. Y los otomanos se han llevado el triunfo, con el pívot Savas en el papel estelar en esa remontada, y máximo anotar del duelo. Y la felicidad ha llegado a la grada; eso sí, sólo a la parte otomana, porque la gente neutral apoyaba a Nueva Zelanda.

Parece que el almuerzo ha dado fuerzas al Bizkaia Arena. Después de un duelo matinal entre Ucrania y la República Domicana en el que el ambiente ha sido gélido, con puntuales arreones de los caribeños en las gradas, las gradas se han calentado en el duelo de la tarde, iniciado a las cuatro, entre Nueva Zelanda y Turquía. Con las fuerzas recargadas, el ambiente ya se ha acercado más al propio de un gran acontecimiento, a la espera de que el dream team' se asome al BEC a las 21.30 horas. Con mayoría turca, aunque el público neutral ha acabado apoyando a los 'kiwis', coreando a Webster - "MVP", "MVP" (mejor jugador del partido), se le alababa-, abucheando a los árbitros e intimidando a los jugadores en los tiros libres, los otomanos, que han dado la espalda a sus rivales cuando estos han realizado la Haka y han recibido los pitos de la grada, han iniciado por delante el choque.

Pero esa alegría les ha durado poco tiempo. Escasos instantes. Porque la tropa de Nenad Vucinic se ha desatado en los dos primeros cuartos, hasta irse al descanso diez puntos por encima de la actual subcampeona del mundo, título conseguido en 2010 en su país. Parciales deprimentes en tiros de campo. Pero se han recompuesto tras el descanso. Hasta que se han puesto por delante, para regocijo de una hinchada turca numerosa, con múltiples banderas, y una ensayada coreografía para apoyar a los suyos. Ocupaban una esquina de unos laterales de la grada y no paraban de apoyar a los suyos. "¡Turquía, Turquía!". Y por delante, 51-52, a menos de un minuto del tercer parcial.

Sin embargo, los 'kiwis' se han recompuesto. Tras una técnica y un espectacular inicio de último cuarto se han vuelto a ir en el marcador. Doce arriba (64-52). Parecía que lo tenían hecho. Que ya era suya la victoria. Pero no. Se ha despertado la escuadra turca, de rojo,visitante... Y ha remontado. Con garra. Con un parcial de 0-16, con Savas de líder, han atrapado el maillot de líder (72-76). En este intervalo, se ha evidenciado que el público neutral era de Nueva Zelanda, apoyando a su estrella Webster, criticando las decisiones arbitrales y abucheando a los turcos cuando tiraban tiros libres. De hecho, Preldzic ha celebrado con el brazo el alto los aciertos desde esa línea de su compañero Savas, en un gesto de desafío.

Era una caldera. Pero los turcos han sabido resistir. Su afición no paraba de gritar, de presionar a los 'kiwis', cuando atacaban. Y les ha temblado el pulso en los minutos decisivos. A falta de quince segundos, Webster ha tenido el empate, desde la línea de tres. Ha errado (73-76). Nueva posesión oceánica. Otro fallo. Y se ha acabado. El partido cae del lado de Turquía. Y su afición, la segunda más numerosa en Bilbao en estos días tras la de Finlandia, estalla.

La Haka retumba en el Bizkaia Arena

Instantes antes de que arrancase el segundo partido del Mundial, los jugadores neozelandeses han escenificado su tradicional danza maorí, esa que sirve para intimidar al oponente antes de la lucha, mientras su rival, los jugadores turcos, se dirigían al banquillo y daban la espalda a la tropa oceánica. Es habitual, el símbolo de Nueva Zelanda siempre que afronta un partido -se dio a conocer sobre todo con la selección de rugby, los 'all blacks'-, un duelo. Sin embargo, el cuadro otomano ha preferido darse la vuelta e ir a escuchar las instrucciones de su técnico. En las gradas, los espectadores han recrimibado a los turcos su actitud.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios