Borrar
Jugadores y cuerpo técnico del Sáenz Horeca, distendidos antes de la sesión de entrenamiento vespertina de ayer.
El Horeca busca su talismán en ‘Mendi’
BALONCESTO

El Horeca busca su talismán en ‘Mendi’

El equipo vitoriano inicia hoy el asalto a LEB Oro en un ‘play off’ final a cinco partidos ante el Carrefour Ávila

Olga Jiménez

Viernes, 6 de mayo 2016, 00:49

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El Sáenz Horeca afronta su primera final de una fase de ascenso a LEB Oro. En sus 22 años de historia como club es un debutante en estas lides, que pueden considerarse batallas mayores en lo que es el baloncesto nacional. La serie arranca hoy en Mendizorroza (20.30 horas) y se desarrollará al mejor de cinco partidos con un factor cancha que favorece a los vitorianos. El domingo continuará la serie en el pabellón vitoriano (18.00 horas), un feudo que el Araberri aspira a convertir en su talismán. Lo que sea necesario para aprovechar la oportunidad.

El teléfono de Oscar Vázquez echa humo estos días. El presidente del Araberri, el único desde la creación de la entidad en 1994 bajo el nombre de Agrupación Deportiva Phoenix, aún no ha sido capaz de empezar a disfrutar todo lo que está ocurriendo esta temporada. «La final es un premio para este grupo de jugadores y cuerpo técnico. Me alegro por ellos, por todo el trabajo, compromiso e ilusión. Pero yo no soy capaz de disfrutarlo aún. Cuando acabe todo seré más consciente y si es con ascenso, ni te cuento», confiesa de manera tímida. Vive los partidos desde cualquier butaca de Mendizorroza, pero nunca en el palco. «Paso muchos nervios y es mi manera de vivir los partidos».

Bajas y paso adelante

De los malos momentos el club ha sabido sacar la mejor lectura para recomponerse. Esta temporada se empezó la casa desde los cimientos, con un entrenador forjado en batallas ACB y un grupo de buenos jugadores donde el perfil humano fue una prioridad. El resultado, diez meses después, es jugar la final de ascenso a la LEB Oro. El camino no ha sido fácil, en una campaña con ciertas dudas de inicio, lesiones de larga duración como la de Malmanis y ausencias, en este caso personificadas en uno de los puntales del equipo, el americano Parker en el arranque del play off.

«De la necesidad virtud», se comenta dentro del club. No ha habido recambios ni contrataciones, sino un paso hacia adelante de todo el grupo, con jugadores como Beau Levesque o Tyron de Lattibeaudiere, varias veces MVP o dentro del quinteto de cada jornada. A la calidad de los fichajes se añade el imprescindible rol de los vitorianos Lorenzo y Buesa, sobre todo, que han ido creciendo en su baloncesto y son los referentes de este vestuario.

La oportunidad de la final es por lo que se pelea en cada comienzo de temporada y este año el premio merecido es para el Araberri y el Ávila. Dos equipos que tienen muchas similitudes, con plantillas cortas y un peligro exterior que puede decidir un partido. Tampoco los abulenses estaban entre los favoritos a colarse en la fase final y, sin embargo, han dejado ya dos cadáveres deportivos en el camino: Covirán Granada y Clínicas Rincón. En los dos enfrentamientos en la Liga regular, los alaveses vencieron en Mendizorroza por un claro 95 -66, mientras que en tierras castellanas, en la última jornada de esta fase, el triunfo correspondió a los locales. Como excusa, cogida entre comilas, puede señalarse que los de Sergio Jiménez pensaban ya más en el primer partido del play off ante el Aceitunas Fragata Morón.

Recoger el testigo del Araski

Desde hace más de tres décadas, Vitoria no ha tenido un equipo en la segunda categoría del baloncesto nacional masculino. El Gasteiz logró el ascenso desde el tercer nivel, la Segunda División de entonces, a Primera B en 1983 en una promoción disputada en Melilla.

Sin embargo, antes ya se habían producido otros dos casos de equipos alaveses que militaron en la segunda categoría del baloncesto español: el Echevarría Hermanos de la década de los setenta del siglo pasado y el Basconia-Embutidos Celedón de la temporada 1981-82. Aquel equipo había bajado el año anterior de Primera y en esa campaña, dirigido por Iñaki Iriarte, consiguió el regreso a la élite.

No obstante, con el nuevo formato federativo, la LEB Oro ha sido un terreno aún sin explorar para un club alavés. Desde esa filosofía de dar espacio a jugadores de casa, el momento es el óptimo para poner la guinda a este pastel y hacerlo en el templo de Mendizorroza, lugar de culto del baloncesto en esta ciudad, antaño escenario del emergente Caja de Álava y hoy testigo de las hazañas de los humildes. Para el Araski ha sido talismán. Es la hora de coger el testigo para este Sáenz Horeca Araberri que, ocurra lo que ocurra, ya ha marcado territorio en una campaña acelerada con el éxito en su último tercio.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios