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Richard Linklater.
El tejano progresista

El tejano progresista

Linklater se ha movido siempre en esa rara corriente ilustrada y progresista del cine independiente americano

OSKAR L. BELATEGUI

Viernes, 13 de febrero 2015, 15:38

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En la primera escena de 'Fast Food Nation' la cámara penetra en una hamburguesa hasta confundirse con la carne triturada. Richard Linklater dirigió en 2006 un viaje a las entrañas de uno de los símbolos del capitalismo salvaje: la 'comida basura'. El 'New York Times' sancionó que era "la película política más importante de un director americano desde 'Fahrenheit 9/11'". Y lo era porque hablaba del fracaso de un modelo de vida a partir de una de sus señas de identidad. El discurso cínico y desencantado no constituía una novedad en una filmografía que se había movido entre lo 'indie' -'Antes del amanecer'- y la comedia comercial con retranca -'Escuela de rock'-. Pero dejaba patente una vez más la osadía y originalidad de un cineasta que a los 54 años ha entregado su gran película de madurez.

Rodada en periodos de una semana a lo largo de doce años, 'Boyhood' juega con el tiempo de la misma manera que lo hacían las tres entregas de la trilogía sobre una pareja formada por la francesa Julie Delpy y el norteamericano Ethan Hawke. A Richard Linklater (Houston, 1960) siempre le ha interesado el paso del tiempo, pero no los grandes hechos históricos, sino el desgaste cotidiano que el paso de los días, meses y años provoca en nuestras vidas. De 'Antes de amanecer' saltamos a 'Antes del atardecer'. Y 18 años después, aquellos personajes que se conocieron en un tren detenido en Viena son en 'Antes del anochecer' una pareja con hijos de vacaciones en el Peloponeso, tan quemados como Albert Finney y Audrey Hepburn en 'Dos en la carretera'. "El tiempo es el ladrillo con el que se contruye el cine", defiende el realizador.

A Linklater también le apasiona la música, como atestiguan la cuidada banda sonora de sus películas, y el béisbol, al que ha dedicado algún documental. Vegetariano desde los 20 años, padre de la hija adolescente que aparece en 'Boyhood', Lorelei, el autor de 'Suburbia' abandonó sus estudios en la universidad de Houston para trabajar en una plataforma petrolífera en el Golfo de México. Cinéfilo empedernido, admirador de Bresson, Ozu, Fassbinder y Dreyer, decidió convertirse en director después de ver 'Toro salvaje' de Scorsese. Desde su debut en 1988 con 'It's Impossible to Learn to Plow by Reading Books' ha hecho de Austin, al capital de Tejas, su centro de operaciones.

Un alejamiento físico y simbólico de Hollywood que le ha proporcionado libertad para experimentar con el cine de animación -'A Scanner Darkley'-, mostrarse alegremente nostálgico -'Movida del 76'- o retratar la bohemia de Austin -'Slacker'-. Linklater no puede encuadrarse en el underground, pero tampoco ha hecho concesiones al 'mainstream' moviéndose siempre en esa rara corriente ilustrada y progresista del cine independiente americano.

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