«Pusimos erótico porque a las actrices no les gustaba lo de porno»

«No necesitábamos ningún permiso especial de la Unidad de Juego y Espectáculos del Gobierno vasco -detallaron- para la organización» de un evento que ha encendido en los últimos días las redes sociales tras la difusión de distintos vídeos en los que se ve al actor Rob Diesel manteniendo relaciones sexuales con Ena Sweet y Carolina Abril. Los tres trabajan con regularidad en la sala Bagdad, de Barcelona, famosa por sus veladas de sexo en crudo. En algunas de las grabaciones realizadas con teléfonos móviles por algunos de los asistentes y subidas a WhatsApp se ve también a un joven sobre el escenario participando de distintos juegos sexuales con las pornostars.

Al «enorme revuelo» desatado por el espectáculo, el grupo de empresarios encargado de la explotación de la sala, frecuentada mayoritariamente por un público juvenil, respondieron que «acatarán» todas las «decisiones» que acuerden las instituciones, aunque insistieron en que se ajustaron «en todo momento» a la legalidad. «Cada uno debe actuar según crea. La alcaldesa, Anabel Landa, es estupenda y lo que haga, bien hecho estará. Podríamos entender que presentaran una denuncia si considerasen que las chicas que actuaron en Moon hubiesen sido objeto de trato vejatorio».

«No son prostitutas»

Un extremo que desmintieron «con rotundidad». Alegaron que fiestas de este tipo son habituales en distintos lugares de España y se reafirmaron en que la decisión de imprimir en el cartel publicitario el término erótico fue decisión «exclusiva» de las actrices. « A ellas no les gusta lo de pornografía, ya que nos comentaron que es un término que etimológicamente deriva de la palabra prostitución y no quieren que se les relacione para nada con este mundo. Nos insistieron en que ellas no son prostitutas, sino actrices, y que les respetásemos en el cartel».

Los encargados de la discoteca de Berango, que explotan también el DaVinci en la Plaza Arbolantxa de Bilbao, señalaron que se limitaron a alquilar el espacio «para un promotor privado» y aseguraron que lo mejor que podría hacer Emakunde es «contactar con las protagonistas» del espectáculo para conocer «de primera mano» su opinión. «Lo de trato denigrante es muy relativo. ¿Quién decide lo que es y no es vejatorio? Así que las dirigentes de Emakunde deberían preguntar cuanto antes a Carolina Abril y Ena Sweet: ¿Os habéis sentido vejadas?. Si quieren, yo les paso el teléfono para que puedan hablar con las señoritas. Ellas son actrices hechas y derechas y han ganado muchos premios», explicó un portavoz de Moon.

Tras remarcar las «buenas relaciones que mantienen con el Ayuntamiento y «especialmente» con la regidora jeltzale, los responsables de la sala de fiestas, que no especificaron el número de asistentes que congregó el espectáculo, anunciaron que las actrices «salieron muy contentas» de la actuación. «Nos preguntaron si vamos a hacer otra de éstas próximamente».

Sin embargo, tras el escándalo levantado, a los encargados de Moon no les han quedado muchas ganas de repetir. «Si llegamos a saber las consecuencias que iba a traer esta actuación, desde luego que no la hubiésemos programado», confirmaron, tras recordar que la antigua The Image organizó en su día «fiestas» similares. «Eran también bastante concurridas y famosas y nunca pasó nada», indicaron.