El misterioso comportamiento del presunto asesino del actor Koldo Losada

Horas después del macabro suceso se van conociendo más detalles de la historia que no dejan mucho lugar a la imaginación, sobre todo en lo referente a la conducta del presunto asesino. Ezkurdia, que también era actor hasta que hace seis años se pasó al mundo de la hostelería, mostró un comportamiento algo errático este miércoles.

Hacía días que este hombre, de 54 años, tenía cerrado el bar del que era propietario, 'La gallina ciega', así que aprovechó para quedar con un par de amigas. Pasó parte de la tarde con ellas, que ya notaron en él algo extraño.

Grave enfermedad

El trío visitó algunos bares del Ensanche, pero Ezkurdia no estaba como en otras ocasiones. Eso sí levantó la alarma de sus acompañantes, que se preocuparon en saber si estaba bien. Fue entonces cuando el hombre soltó la bomba: el médico le había dicho que tenía cáncer y no le quedaba mucho tiempo de vida.

Horas después, fueron estas mujeres las que acudieron a la casa que compartía la pareja en la calle Lersundi para darle un regalo al enfermo. Lo que se encontraron allí fue dantesco: Ezkurdia estaba en el portal con evidentes signos de embriaguez. Y cuando subieron al piso hallaron en el pasillo el cuerpo sin vida del actor. Del perro no había rastro. Más tarde lo encontraría la Ertzaintza en un contenedor de basura, también muerto.

"Sin ruido"

Pero además de este comportamiento extraño con los amigos, el presunto asesino de Koldo Losada también dejó rastro en las redes sociales de que algo no iba bien. Alrededor de las 17.00 horas del miércoles, colgó una foto en la página de Facebook de su bar. Se había disfrazado de Joker, un personaje de ficción que es el enemigo de Batman cuya máscara recuerda al maquillaje de los clown, pero con tono claramente siniestro.

Bajo la imagen también colgó unas líneas: "La gallina ciega comenzó sin ruido y así se va. Gracias por todo lo que nos habéis regalado". Los comentarios no se hicieron esperar. Pero todo el mundo creyó que lo que pasaba era tan solo que el bar cerraba, algo que explicaría por qué llevaba varios días con la persiana bajada y rastros de haber colgado una nota que había sido arrancada. Nadie se esperaba lo que vino después. Ni siquiera nadie sabe a ciencia cierta si se trataba de eso o lo que colgó era un mensaje premonitorio de lo que iba a ocurrir. Ahora las especulaciones lo llenan todo.