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Gonzalo Antón, en la cocina del Zaldiaran, restaurante con una estrella Michelin.
Gonzalo Antón, mecenas de la nueva cocina
ALAVÉs de marzo

Gonzalo Antón, mecenas de la nueva cocina

EL CORREO concede el premio ‘Alavés del mes’ al hostelero, alma del Zaldiaran, por llevar el nombre de Vitoria a lo más alto de la gastronomía

Francisco Góngora

Sábado, 1 de abril 2017, 00:56

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Sostiene el mismísimo Ferrán Adrià que «la alta cocina española no sería lo que es en la actualidad si no hubiera existido el congreso de Vitoria en el restaurante Zaldiaran entre 1984 y 1998». El artífice de El Bulli era prácticamente un desconocido, como Sergi Arola, cuando entró en los fogones del local que dirige Gonzalo Antón, el alma de aquellos encuentros del firmamento culinario. Por allí pasaron Alain Ducasse, Michel Bras, Joël Robuchon, Michel Guerard, Lorain, Juan Mari Arzak, Santi Santamaría, Jacques Chibois, Harald Wohlfarht... y un sinfín de estrellas Michelin. 141 han trajinado en los últimos 20 años en sus cocinas. 32 chefs de fama mundial visitaron Vitoria. «Fue el acontecimiento más importante de la historia reciente de la gastronomía española», ha definido el crítico Cristino Álvarez, Caius Apicius. Vitoria, otra vez en el mapa mundial, esta vez por la gastronomía y Gonzalo Antón «su Médicis, su mecenas», según David de Jorge.

Hace unos días, el mismo Antón reunía en su restaurante a seis hosteleros vitorianos veteranos para darles un merecido homenaje. Su idea era agradecer a los pioneros que habían entregado sus vidas a dar felicidad a los demás a través del estómago, como ha hecho él. Gonzalo, siempre con los pies en el suelo, sabía lo que había detrás de esas intensas biografías de esfuerzo y pasión por la cocina: «Eran los primeros que llegaban y los últimos en irse. No tenían más horas que dedicar a su trabajo», decía.

En algunos círculos llamaba la atención que durante muchas nochebuenas el Zaldiaran preparase las cenas para las Hermanitas de los Pobres. Congresos de alta cocina, homenajes a sus compañeros de gremio, comidas solidarias, todo se puede hacer desde una visión extraordinaria de lo que significa algo tan simple y complejo a la vez como dar de comer. Por eso es un hostelero global, gastrónomo, empresario, bodeguero, con unas condiciones innatas para el negocio y la interacción social.

«Doce horas cada día»

Huérfano de padre muy joven la vida no se lo puso fácil. A los 14 años ya trabajaba de botones en la Azucarera Leopoldo de Miranda de Ebro y poco después se adentraba en la hostelería trabajando como camarero en el Txapela. «Trabajaba doce horas cada día», recuerda. El Club de Tenis La Peña, el Dickens o el Keys fueron su universidad hasta que en los ochenta se graduó al poner en marcha los restaurantes Olárizu (1982) y Zaldiaran (1984) y el Neguri, en Miranda de Ebro.

En 1987 se lanza con otros socios a una nueva aventura, la bodega Izadi (Villabuena). El mundo del vino es otra de sus pasiones y también adquiere Finca Villacreces en Ribera de Duero (2004), Vetus en Toro (2006), y Orben en Laguardia (2007).

Promueve varias empresas dedicadas al sector de la hostelería y la arquitectura, pero es el Zaldiaran y el Congreso Nacional de Cocina de Autor los que catapultan su figura.

Desde 2003 conserva una estrella Michelin, la primera conseguida en Álava y le han sido concedidos una quincena de galardones entre ellos el Premio Nacional de Gastronomía. Fue presidente del Alavés en una de sus etapas más gloriosas. Lo condujo a Primera División y al mayor hito de la entidad, la final de la Copa de la UEFA en 2001.

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