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Varias personas toman en sol en Mendizorroza. Arriba una de las abejas.
«No podemos tomar el sol tranquilos por la cantidad de abejas que hay»

«No podemos tomar el sol tranquilos por la cantidad de abejas que hay»

Usuarios de Mendizorroza se han visto invadidos por estos insectos que ya han arruinado la tarde de piscina a más de uno

Iera Agote

Martes, 23 de agosto 2016, 11:55

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Las piscinas de Vitoria volvían a llenarse de gente este lunes tras el regreso del buen tiempo a la capital alavesa. La temperatura alcanzó los 36 grados y con ellos las ganas por acercarse a las piscinas a refrescarse dándose un buen chapuzón. La sorpresa vino cuando los usuarios de Mendizorroza se vieron envueltos entre cientos de abejas que también disfrutaban de la hierba alta y las flores que hay junto a las piletas.

«No podemos estar tranquilos, hay cantidad de abejas», se quejaba una usuaria que había acudido con su hija a la piscina tropical. «Nos hemos tenido que cambiar de sitio, más alejadas del agua, porque la niña no estaba tranquila ya que le dan miedo» contaba. Las jóvenes Nerea e Iratxe, que acudieron con la cuadrilla a Mendizorroza tampoco pudieron estar del todo relajadas, «tenemos que ir en chancletas al agua y caminar con muchísimo cuidado, hay que fijarse bien por dónde andas, porque como pises una, se te arruina la tarde de piscina».

Justo lo que le pasó a una usuaria cuando regresaba de darse un baño, que tal y como cuenta Cristina, testigo de la picadura, tuvo que irse a casa. «Estaba tumbada y una chica vino pidiéndome por favor que avisara a un socorrista» recuerda, «le pregunté qué le pasaba y me dijo que había pisado una abeja sin querer y que le había picado, que le dolía tanto que no podía moverse, además de que no sabía si era alérgica». Cristina cuenta que avisó rápidamente a un socorrista que «alertó al puesto de socorro». «En un par de minutos se acercaron con hielo y con una pomada que evitó el hinchazón». Tal y como narra la testigo, tras varios minutos con el hielo, la joven optó por irse a casa, «le dije que se recuperara y tras darme las gracias me dijo que no iba a volver a Mendizorroza en lo que quedaba de verano».

Y es que al parecer éste no ha sido el único caso, ya que según el socorrista que atendió a la joven, son «varias» ya las personas que han tenido que ser atendidas por picaduras de abejas, quienes han hecho ya de Mendizorroza su lugar de veraneo.

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