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Martín Gartziandia, Síndico de Vitoria, atiende una llamada en su despacho
El Síndico, en apuros económicos

El Síndico, en apuros económicos

El defensor vecinal alerta del recorte en su presupuesto para este año, que le deja con sólo 2.300 euros para desarrollar su actividad

Daniel González

Lunes, 23 de mayo 2016, 03:03

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Para buena parte de los vitorianos el Síndico se ha convertido en una figura esencial en la ciudad. El defensor vecinal es el encargado de mediar con el Ayuntamiento en cada caso en que el ciudadano se siente agraviado por una decisión municipal. Pero ahora es el propio responsable de esta oficina, Martín Gartziandia, el que sufre una de estas situaciones.

Porque con los continuos recortes a su presupuesto se ha encontrado con tan sólo 2.300 para afrontar este año. En 2015 fueron más de 6.000 euros, y no hace tanto, en 2008, la oficina contaba con 23.400. Pero ahora el Síndico se ve en apuros económicos porque con los poco más de 2.000 euros disponibles se ve incapaz de representar a Vitoria en el próximo congreso internacional que reúne a defensores vecinales de toda Europa y Latinoamérica.

Gartziandia se refirió a esta cuestión con cierto apuro tras presentar el balance de los tres primeros meses del año. «Nos han metido un recorte bastante considerable y siempre hemos hecho un esfuerzo importante por reducir nuestro gasto», explicó con cierta vergüenza ante los representantes de todos los partidos políticos. «Hemos sufrido un recorte del 90% desde 2008, y no sabemos si podremos viajar al congreso», agregó.

Y eso que los casos que atiende han aumentado en este periodo, con dos recomendaciones emitidas que se aceptaron en el Consistorio una de ellas de forma parcial y una dedicación especial al grupo de trabajo que reúne a 18 personas para analizar el problema de ruidos del Casco Viejo. Además, está inmerso en un informe sobre la accesibilidad de Tuvisa que espera presentar en unos meses.

Plusvalías en VPO

En su relato de actuaciones, el Síndico se congratuló de haber archivado el problema de los balonazos en la plaza Cataluña, en Ibaiondo, «después de dos años de trabajo»; o haber logrado la limpieza de una huerta del Casco Viejo «que se convirtió en el vertedero de los escombros de la obra de restauración de la muralla hace ya varios años».

Pero su oficina aún tiene abiertas diferentes batallas, como la falta de transbordo entre autobús y tranvía en las tarjetas BAT modificadas. Pero, sobre todo, su queja fue contra las plusvalías en la venta de viviendas, en esta ocasión de las VPO. Gartziandia recordó que su cálculo es diferente al de las casas libres, pero ha detectado varios casos en los que esto no se aplica.

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