Los promotores de la mezquita de Zabalgana reciben la licencia para iniciar las obras

La agrupación islámica que ha solicitado el permido de obra pretende llevar a esta ubicación la actual mezquita de la calle Teodoro González de Zárate, que al parecer se ha quedado pequeña para el número de fieles que alberga. Sus promotores presentaron al Consitorio el correspondiente informe para acometer la reforma de la lonja, que incluía la corrección de las deficiencias detectadas en un primer momento por los técnicos del Ayuntamiento en el proyecto inicial.

En este documento mejorado se planteaban soluciones para el sistema de prevención de incendios, el impacto en el entorno y, entre otros, el cierre de fachadas, como les había sido reclamado. Una vez que el proyecto cumple con los requisitos técnicos marcados desde Urbanismo, el Ayuntamiento no puede sino conceder la licencia para la reforma del local, como se hace en todos los demás casos, enfatizan fuentes municipales.

La polémica ha rodado el traslado de la mezquita como ya ocurrió en otros barrios de la ciudad, como Zaramaga hace ahora cinco años. En este caso, unos pasquines que aparecieron en el barrio interpelaban a los vecinos y les pedía reflexionar sobre si los niños podrían jugar tranquilos en la calle o si sus casas se devaluarían por la apertura del centro de culto musulmán.

Urtaran, Maroto y el mensaje «xenófobo»

Pero la agresión más intimidatoria llegó días después, cuando alguien arrojó sangre y vísceras de cerdo a la lonja donde se ubicará el centro de culto, en un ataque que fue condenado por el conjunto de las sensibilidades políticas vitorianas.

Este mismo martes, el alcalde de la ciudad, Gorka Urtaran, en una entrevista radiofónica, ha afirmado hoy que su antecesor en el cargo, Javier Maroto (PP), utilizó un mensaje «cercano a la xenofobia y el racismo», que «alentó y avivó» a los colectivos «con más prejuicios» contra los musulmanes, ha dicho en alusión a este ataque contra el centro de culto.

Para el regidor vitoriano, los autores de esta acción conforman un colectivo minoritario «con prejuicios y miedo a lo diferente». Por contra, ha opinado que la mayoría de los vitorianos «sabe que los musulmanes quieren participar, trabajar e integrarse en la sociedad».