Serafín Zubiri se transforma en Nino Bravo en el Principal

Visiblemente contento con los primeros ensayos con la formación alavesa, Zubiri aseguraba que «es el espectáculo más bonito, gratificante, duro y difícil de los que ha realizado en mi vida». No en vano, el artista aborda un repertorio exigente en los mismos tonos que Luis Manuel Ferri Llopis -tal y como figuraba Nino Bravo en su DNI- empleaba en su día. Y es que el mítico vocalista tenía «mucha tesitura, amplitud, fuerza y un timbre tan brillante y potente, con ese cuerpo y peso», según valoraba Zubiri.

Pero la aventura ha merecido la pena. No sólo en lo artístico, sino incluso en lo personal. «Es mi referente, mi ídolo por excelencia», subrayaba el eurovisivo cantante, a la vez que confesaba el «gran disgusto que la vida me dio» cuando Bravo falleció el 16 de abril de 1973, con sólo 28 años.

Tres voces

Junto a Zubiri, el espectáculo cuenta con las voces de Ángel Bellido y de Laia Benaches, que realiza asimismo la función de presentadora de los diversos bloques temáticos. Son cuatro, con audiovisuales entre ellos sobre los primeros años de Bravo, sus primeras grabaciones y su consagración artística, detalló Zubiri.

A lo largo de una hora y tres cuartos, el repertorio avanza por las canciones, desde Como todos, Esa será mi casa, Te quiero, te quiero. Después, se viaja por El tren se va, Puerta de amor, Mis noches sin ti, Amanecer y Elisabeth. No faltarán Un beso y una flor, Noelia, Cartas amarillas, Mi tierra, Libre, América, América o Vuelve.

El conocido cantante hizo hincapié en la forma en que los arreglos de Iñaki Urkizu, subdirector de la Banda Municipal de Música de Bilbao, realzan «la riqueza tíbrica, matices y detalles» de la formación. En el caso de la banda vitoriana, subrayó su alto nivel profesional y su director adjunto, Iker Olazabal, destacó la facilidad con la que se han ensamblado los instrumentos y la voz solista en el inicio de los ensayos conjuntos.