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Yahia y Ruba, padres de una niña, en el Casco Viejo
Lejos de Alepo, a salvo en Vitoria

Lejos de Alepo, a salvo en Vitoria

Un matrimonio sirio residente en la capital alavesa relata cómo dejó atrás su país en busca de un futuro sin guerra

Saioa Echeazarra

Domingo, 11 de octubre 2015, 01:12

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La Ciudad Vieja, la Gran Mezquita y la catedral de San Elías quedan bien lejos del casco medieval, la Virgen Blanca y la catedral Santa María. Miles de kilómetros separan a Alepo de Vitoria, los que se han recorrido los sirios Yahia Koddo, de 31 años, y Ruba Hassan, de 29. Si bien el éxodo de refugiados, comparable al de la II Guerra Mundial, se ha intensificado en los últimos meses, el viaje de esta pareja y su hija pequeña empieza más atrás. "Éramos profesores de la universidad en Damasco y Alepo. Teníamos dinero, nos iba bien", evocan.

Pero se avecinaban tiempos duros. Yahia fue el primero en salir de la república árabe para llegar a la capital alavesa "hace 4 años". En su caso, por motivos académicos. Licenciado en Filología en su tierra, "elegí como destino la Facultad de Letras de la UPV en Vitoria", donde cursó un máster para seguir luego con un doctorado, en cuya tesis trabaja hoy. En realidad, "yo salí 8 meses después de la revolución de Siria y sólo vi la fase pacífica, cuando únicamente había manifestaciones", tercia Yahia, nacido en Idlib y que entró en España con visado de estudiante y una beca de su universidad de origen.

Antes de que cruzar la frontera, "Ruba y yo nos casamos en 2009 y vivíamos juntos en Alepo". Tuvieron una hija, Alma, que nació "en 2011". Precisamente el año en que estalló una guerra civil que aún perdura. Inicialmente se enfrentaron fuerzas armadas del gobierno de Bashar Al-Asad contra grupos armados rebeldes. Más adelante, facciones de los rebeldes se unieron a los yihadistas del Estado Islámico. Desde entonces el enfrentamiento ha ido escalando hasta convertirse en un complejo "todos contra todos" de gobierno, rebeldes, islamistas y potencias extranjeras a las que ahora se suma Rusia.

"Es un genocidio"

Cuando Yahia llegó al campus alavés, sabiendo francés y español, buscó piso y trabajo, pero "fue en plena crisis y no pude encontrarlo". Al otro lado del Mediterráneo la violencia seguía aumentando y "aunque al principio no hubo peligro, dejó de ser seguro y en 2012 tuvimos que abandonar nuestra casa", repasa su mujer, que tras pasar por Turquía llegó a Vitoria con su hija. Ambas siguen como solicitantes de asilo en España. "Cuando Ruba y Alma estaban en Siria pasé un mes sin poder localizarlas. No sabía si seguían vivas", recuerda el marido.

Han perdido a familiares, hermanos y progenitores, muertos en guerra. Saben lo que significa vivir en zona de bombardeos, sin luz ni agua. "Contactamos con la familia por whatsapp, pero poco por falta de cobertura. A veces hablamos por teléfono, pero se corta. ¿Les habrá pasado algo?, piensas". "La casa de mis padres está en ruinas", explica Ruba. Ha visto cómo la población es "perseguida por el régimen. Venían a las casas a por los jóvenes y había puestos de control en la calle".

"Es un genocidio y el mundo no hace nada", se entristece Yahia. "Todos usan el pretexto del ISIS, pero están matando al pueblo sirio. Han pasado cinco años y todo sigue. Estamos desesperanzados". Así, "mucha gente elige salir porque no quiere participar en el conflicto, pero no tiene medios y viene en pateras. Seguro que veremos más imágenes como las del niño Aylan", lamenta. Este matrimonio pide "una solución que no sea una dictadura". "Ahora estamos seguros en Vitoria, pero algún día volveremos a Siria a trabajar y a ayudar".

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