El belén de la Florida, 52 años inaugurando la Navidad en Vitoria

La Florida, escenario natural del belén, fue un edén lleno de Misterios, aquel parque inglés que después renació como romántico y francés. El jardín de los 50 Nacimientos. 1962 fue su particular Génesis, y casi sin que sus cedros se hayan dado cuenta, ya ha pasado más de medio siglo desde que los pastores anunciaron por primera vez la Buena Nueva a los vitorianos desde los rincones más secretos del parque de La Florida. Rincones llenos de paseos familiares, momentos religiosos, travesuras y cuentos de Navidad tal vez olvidados.

«El día de la inauguración hacía 18 grados bajo cero», evoca Jesús Marcos, responsable del servicio municipal de Jardines y autor de los textos del libro que se editó sobre el Nacimiento con ocasión de sus bodas de oro. Aquel 24 de diciembre de 1962 «los operarios tuvieron que trabajar duro, pues las figuras, que eran de escayola, se deterioraron tras su cocción, que se realizó en la DKW». Colaboraron varios empleados del Consistorio como el ingeniero José Ignacio Murua (instalación eléctrica), el jardinero mayor Daniel Marinas y Juanito Apellániz (obras).

Días antes, Ángel Quintana y Julián Ortiz de Viñaspre "Jovi" daban los últimos retoques en su taller al modelado de José, María y el niño Jesús de escayola. Tras la cámara se encontraba Arqué (firma conjunta de Fede Arocena y Gregorio Querejazu) imprimiendo la escena en blanco y negro, una de las 50 instantáneas -también la más antigua- que descubre la muestra.

El mismo objetivo retrató al obispo Monseñor Peralta bendiciendo el Misterio de la gruta en Nochebuena. En esos instantes, desde lo alto de la cascada, voces angelicales con el sello de Manuel Iradier entonaban el "Venite Adoremos" a las órdenes de Emilio Ipinza, otra de las imágenes de la recopilación. Muchos años ha seguido actuando la coral en cada apertura de esta atracción sin la que resulta imposible concebir la Navidad de la capital alavesa.

Pocos vitorianos ignoran que «el primer Belén -prosigue Marcos- lo componían el Misterio y la Anunciación, entonces formada por el ángel, tres pastores con un pequeño rebaño y un arriero con su burro». Y hoy por hoy aún resulta raro recordar que «el coste de estas figuras fue de 50.000 pesetas».

Nieve en 1964

Esa primera Anunciación fue el conjunto que de nuevo Arqué inmortalizaría con un exquisito manejo de la luz. La atmósfera expresionista, como en "Sombras y niebla", acompaña a los primeros Melchor, Gaspar y Baltasar que "cabalgaron" hasta el jardín vitoriano en magistrales capturas de la misma década, de una cuidada estética incomparable a las más modernas técnicas fotográficas. Escenas que cobran vida desde las columnas y paredes de Villa Suso, convertidas en silencioso testigo del cincuenta cumpleaños del Nacimiento.

Año 1964. Un manto de nieve recubre el pelaje hirsuto de las monturas de Sus Majestades de Oriente. Las aguas del arroyo se congelan y el querubín de la fuente adopta una pose dramática. La fría brisa hiela las farolas, que iluminan los oscuros pasadizos de La Florida en medio de la noche. Es el momento ideal para sacar la cámara de fotos, y ahí estaba Arqué con la suya para disparar el obturador y rescatar un trocito de esa magia registrada sobre tiras y tiras de película, apreciable hoy en otra de las instantáneas más artísticas de la exhibición. Un año después, la misma cámara visitaría a la lavandera junto al riachuelo para grabar sobre negativo la composición y la delicadeza de esta figura, reemplazada con el paso de los años por su deterioro.

En su 50 aniversario, una muestra recogió las imágenes históricas de los profesionales de la fotografía que en sus cinco décadas inmortalizaron el Belén «más extenso de España», recalcaba entonces Gorka Otsoa de Alda, comisario de la exhibición. Es único porque «las figuras interactúan con el espacio, se adaptan a la orografía concreta de La Florida». No es de extrañar que, debido a una recomendación profesional, sean los propios jardineros del Ayuntamiento quienes se encarguen de montar y desmontar toda la instalación año tras año, lo que le confiere un carácter si cabe más especial al Nacimiento.

Alcaldes y destrozos

El belenismo es a los vitorianos lo que el frío al invierno. «El Belén era el único acto navideño que existía por aquel entonces en la capital alavesa, no había más atracciones al estilo de árboles o luces decorativas, así que la ciudad esperaba con ilusión la inauguración del poblado». Por el emblemático belén han pasado durante estos años los alcaldes y autoridades en el paseo inaugural por la gruta, entre ellos Manuel Lejarreta, José Ángel Cuerda, el ahora Ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, y también los más recientes.

Pero el nacimiento de la Florida alberga curiosidades como el detalle de los rasgos del niño Jesús; el primero rubio y de ojos azules, y su sustituto, moreno y de ojos castaños. Por su parte, el temido Herodes no llegaría a su castillo hasta pasados varios años a partir de la inauguración del primer poblado. La labor de los reporteros gráficos tampoco pasó por alto las desafortunadas gamberradas que acabaron con el destrozo de bueyes y arrieros en más de una fatídica noche de Reyes y que lamentablemente se ha vuelto a repetir en años más recientes.