Ayala espera una cosecha de txakoli de 450.000 kilos, un 20% más que el año pasado

Rosa Segurola, de la bodega llodiana Beldui Txakolina afirmó que «tenemos previsto empezar esta misma semana», dado que en la mayor parte de las fincas, la uva ya ha superado los doce grados con que se inicia la recogida. En ocasiones, la graduación alcohólica varía en función del método. Quienes utilizan vendimiadoras, pueden realizar la recogida con un grado de maduración uniforme en todo el terreno, mientras que quienes lo hacen a mano, deben esperar oscilaciones entre los primeros racimos y los que se recogen en último lugar. Txema Gotxi, de Goianea (Amurrio), asegura que «todo el año ha venido adelantado; desde la primavera, cuando la floración empezó antes, hasta ahora».

La vendimia es «imprevisible» porque el año climático ha sido «muy complicado», según el gerente de Arabako Txakolina. Aún así, se espera «un incremento del entre el 15 y el 20% con lo que llegaríamos hasta los 450.000 kilos». La perspectiva es que haya una calidad «muy buena de la uva» en la mayor parte de los viñedos, aunque aproximadamente el 20% de las cien hectáreas dedicadas al txakoli en la comarca ayalesa se ha visto afectado por el mildiu debido a la irregularidad del clima, que «afortunadamente no ha terminado en botritis (podredumbre del racimo) porque eso sí hubiera afectado a la calidad de la cosecha» según Gotxi.

Si se cumplen las previsiones, los viticultores se darán por satisfechos después de la enorme bajada de producción que se registró el año pasado, cuando sólo se recogieron 383.000 kilos, la cifra más bajo de la historia de la Denominación, que estableció su récord en 2012 con 612.658 kilos. Esa cantidad debe tender a aumentar en los próximos años porque la mayoría de las viñas de txakoli son muy jóvenes y deben alcanzar su madurez plena. Pese a la irregularidad del año climático, Rosa Segurola entiende que «el año no ha sido malo», pero espera, como el resto de viticultores, «un aumento de la cosecha».

Buen tiempo

Las lluvias del lunes pasado han resultado beneficiosas para el grano que permanece en las cepas. «Ahora esperamos que haya unos días de buen tiempo para que la uva engorde y podamos vendimiar sin humedad en el ambiente, que es lo más adecuado», explicó Gotxi. Segurola, por su parte, recordó que las granizadas y el mal tiempo del año pasado afectaron a algunas viñas, seguirán haciendo notar su efecto, aunque recuperen parte de su producción.

En cada explotación, la situación es diferente, porque según Merino, «la gran irregularidad climática ha tenido afecciones dispares según las zonas y las fincas. El invierno fue frío y lluvioso y lo consideramos bueno. No obstante, las fuertes lluvias y tormentas de la primavera dieron paso a una gran sequía en verano con escarchas mañaneras y grandes problemas de mildiu y casos muy localizados de pedrisco».

El precio de la uva que compran algunas bodegas a los pequeños viticultores rondará este año, como los anteriores, el euro/kilo. No se producen grandes oscilaciones en el precio debido a la amplia oferta de vinos y txakolis en el mercado, que mantiene precios estabilizados.