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El nuevo Clase V, que hemos podido probar en este video.
Orgullo de ciudad, con V de Vitoria

Orgullo de ciudad, con V de Vitoria

Probamos la nueva Clase V de Mercedes, un trocito de Vitoria pensado para conquistar las capitales más lujosas del mundo

Sergio Eguía

Lunes, 21 de julio 2014, 02:39

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Ya ha llovido -nevado y granizado- desde que salió la primera DKW de las instalaciones de Imosa en la avenida de Los Huetos. También Vitoria ha cambiado bastante en los últimos 60 años. Por aquel entonces ni la Catedral Nueva estaba terminada. Hoy, aquel percherón de tres cilindros y 32 CV que recordamos con cariño se ha convertido en un imponente shire nacido para deslumbrar a medio mundo; sobre todos a los clientes más acaudalados. La clase V debería ser también orgullo de ciudad, explica Iñigo Saratxo, buen conocedor del vehículo como responsable de estos modelos en Ondo, el concesionario alavés de Mercedes. Los diferentes modelos que han salido de la planta de Ali a lo largo de la historia son la muestra de la calidad del trabajo y la preparación de los trabajadores de Vitoria. Sin ellos, sin la evolución que hemos experimentado las personas, modelos tan punteros como el Clase V no serían posibles. No le falta razón. En cada furgoneta que sale al mercado va algo de la ciudad que la ha visto nacer. Con ella hemos recorrido algunos de los puntos más reconocibles de la capital. Una prueba de conducción del monovolumen que garantiza la estabilidad de la factoría vitoriana, uno de los bastiones de la industria alavesa.

En los dos meses que lleva en el mercado el modelo que sustituye a la Viano las sensaciones son buenas. Los pedidos llegan de forma continua y la gran aceptación internacional -sobre todo en los países del Golfo- ya ha hecho que de las iniciales previsiones de 73.250 unidades fabricadas en este 2014, se pasara en marzo a las 75.100; y esta recientemente a las 77.100. El cliente premium se rinde a la excelencia tecnológica de un furgoneta en la que el puesto de conducción recuerda al de una berlina de lujo y reconoce -sobre todo en la versión más alta de la gama- que la Clase V es algo diferente a lo que estábamos acostumbrados hasta ahora. Cuando veamos una por la carretera, todos deberíamos ir con la cabeza un poco más alta. Es la demostración de lo que somos capaces.

En octubre llegará la rediseñada Vito. Esperemos que otro motivo de orgullo. No será idéntica a esta. Por primera vez, Mercedes va a diferenciar tanto en el aspecto exterior como en el interior la Vito de la Viano -ahora Clase V-. En la calle seguiremos, supongo que cariñosamente, llamándole a todo Vito, pero serán conceptos diferentes, advierte Saracho. El rango de precios del monovolumen, de 40.000 a 82.000 euros (hasta 87.000 con todos los extras), impone también que quede clara la diferencia. Sobre todo porque es la de más alta gama la que realmente nos hace soñar con todo lo que ofrece. En el fondo la Edition 1 (el tope gama) está pensado para un uso ejecutivo entre para clientes de todo el globo.

Y por fin, la probamos

La unidad que ha podido probar elcorreo.com tiene el acabado intermedio (el Avantgarde) y un nutrido paquete tecnológico en el que destaca el sistema multimedia Comand Online y lo que la marca denomina Intelligent Drive, un abanico de ayudas a la conducción, que facilitan el manejo sobremanera. Por ejemplo, una cámara de marcha atrás con la que se prescinde prácticamente de los retrovisores en las maniobras; el asistente automático de aparcamiento; los avisadores de cambio involuntario de carril y, sobre todo, el Distronic Plus -unidos a un puesto de conducción heredados de la Clase S- hacen que conducir la V -en este caso de cambio automático y 190 CV de potencia- sea sencillo, agradable y divertido.

Lo primero que llama la atención de la Clase V, además de la espectacular y sobredimensionada parrilla y unos atractivos grupos ópticos led (que seguramente no llevará la Vito), es lo fácil que resulta montar. Al puesto del conductor se entra sin necesidad de pisar el estribo del que dispone. La V está más cerca del suelo que la Viano, se nota a simple vista, y se agradece, también al manejarla. Mercedes ha buscado que la conducción de este gigantesco familiar de 5,14 metros de largo se parezca lo más posible a la de un turismo. Lo ha logrado. Al volante te olvidas completamente del culo del coche, es ágil incluso dentro de la ciudad, y la posición elevada de conducción, con unos asientos muy amplios y cómodos, unido a un volante pequeño con un inclinación como la de una berlina hace que olvides que vas dentro de una furgoneta. Además gira en muy poco espacio. En un círculo de 360 grados parace se levante y pivote sobre una sola de las ruedas traseras. Las motrices, por cierto, cuidado por tanto con la nieve y el hielo.

La sensación de confort se refuerza con todas las sofisticadas tecnológicas que incorpora, la verdadera novedad del coche y algo que no se encuentra tan fácil en la competencia. Claro, eso tiene un precio. Por poner un pero, el cierre de la puerta del conductor (no así la corredera eléctrica de la zona de pasajeros) resulta un poco basta.

Una gran pantalla

No obstante, una vez dentro y seducido por el refinado cockpit, solo hay ojos para la gigantesca pantalla del navegador. Es más un ordenador (con conexión online) desde el que se controlan todas las funciones de radio, telefonía, etc.. y que dispone de una memoria interna de 80 GB para que nunca te falte la canción adecuada.

Al echar a andar, la Clase V parece la Enterprise. En autovía, puedes elegir la velocidad de crucero y marcar, gracias al Distronic Plus, la distancia que mantendrás sí o sí respecto al vehículo que te antecede. La Clase V se decelerará sola al detectar otro automóvil que circule más despacio y recuperará la marcha cuando desaparezca o cambies de carril para adelantar. En cualquier caso, obedecerá cualquier orden manual sobre las programadas. Por cierto, el radar que controla el Distronic está ubicado en la estrella de tres puntas de la marca en la parrilla delantera del coche. ¿Recuerdan el chiste aquel de que la estrella era para apuntar? Pues va a ser cierto.

Claro, el buen funcionamiento de todos estos sistemas tiene una cara B para el consumidor medio. En los modelos de acceso a la gama no están disponibles de serie. La propia palanca del cambio manual, el que llevan dos de las tres motorizaciones ahora a la venta (los diésel de 136 y 163 CV) desmerece bastante la belleza del interior. Es recomendable, aunque encarezca el producto, solicitar la caja automática 7-GTronic Plus. Por estética y por lo bien que funcionan sus cuatro modos de conducción.

Por todo ello, para el cliente particular -el que necesita espacio y fiabilidad pero no puede afrontar los lujos de los vehículos de empresa y representación- lo más interesante de la Clase V estará tras los asientos delanteros. La zona de pasajeros es completamente modulable. En principio viene con cuatro asientos (seis con conductor y pasajero) todos independientes con reposabrazos y reclinables 45 grados. Son butacones montados sobre raíles en dos filas de asientos. Su configuración es tan versátil como quiera y puede incluso colocar hasta 8 butacas, tres por fila en las traseras. Además, la caja -bastante bien insonorizada- se climatiza a la perfección y goza de diferentes ambientes gracias a unos led de colores en los laterales del habitáculo. El maletero, que por primera vez se abre en dos partes (solo el cristal o todo el portón) se puede agrandar fáclmente arrastrando con solo presionar una palanca la tercera fila de asientos.

En definitiva, la Clase V es una nueva generación de monovolumenes pensado para el cliente premium, un trozo de Vitoria que sale a conquistar el mundo y sus capitales más punteras económicamente, que también ofrece soluciones al cliente medio con necesidades especiales de espacio. Es una gran opción para personas con movilidad reducida por lo diáfano de su interior y como siempre es una Mercedes. Con todo lo que eso significa.

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