Borrar
UN LUJO. Un ama de casa de la localidad de Las Guasimas se dispone a calentar comida en un microondas. / AP
Revolución inalcanzable
CUBA

Revolución inalcanzable

La gran mayoría de los cubanos carece de medios para acceder a los bienes y servicios que ha traído la nueva era de tímida apertura de Raúl Castro

MILAGROS LÓPEZ DE GUEREÑO

Lunes, 31 de marzo 2008, 11:35

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

A partir de mañana, los cubanos se equipararán con otros habitantes de la aldea global: podrán ir a una tienda y comprar DVD's, vídeos o un ordenador. «Pronto» están en disposición de contratar teléfonos móviles e incluso alojarse en hoteles reservados al turismo internacional. La condición es tener 'moneda dura' para pagar. De todas formas, es la punta del iceberg del problema y una liberalización de las rígidas normas económicas y sociales.

Tras asumir oficialmente la presidencia el pasado 24 de febrero, Raúl Castro no perdió mucho tiempo en poner en marcha medidas para contrarrestar las que definió en sus últimos discursos como «prohibiciones incorrectas» que provocaban «un buen número de ilegalidades». Tuvo diecinueve meses de interinato para preparar el terreno desde que el 31 de julio de 2006 reemplazase a su convaleciente hermano mayor, Fidel, de 81 años. En ese lapso duplicó y hasta triplicó el pago a los campesinos por sus productos. Además, el régimen hizo desembolsos millonarios para adquirir miles de autobuses chinos con los que paliar la catastrófica situación del transporte urbano e interurbano, una de las quejas latentes entre la población.

Los ganaderos productores de leche ganan más por la venta al Estado para la distribución directa entre consumidores locales. Y, como consecuencia de ello, escasea el queso artesanal, porque ya no les compensa producir esos lácteos, que antes tenían que ofrecer mediante intermediarios en el mercado negro o directamente, escondiéndose de la Policía, en las carreteras nacionales al precio de 25 pesos cubanos (0,80 euros) la libra, algo menos de medio kilogramo.

Dos semanas después de que el ex ministro de las Fuerzas Armadas dejara de ser el eterno 'número dos', trascendió la primera medida que contribuía a aliviar la vida cotidiana de sus pacientes conciudadanos: permitir que todas las farmacias del país expidieran medicinas prescritas por cualquier médico. Se acababa así con la obligación de cambiar por medicinas las recetas del doctor de familia sólo en el botiquín del barrio. También se daba carpetazo a engorrosos trámites burocráticos y desplazamientos para poder adquirir un remedio urgente en otro despacho sanitario.

Paralelamente, funcionarios gubernamentales recorrían las cooperativas campesinas y los campos para explicar a los agricultores las novedades que discretamente acababa de introducir el Gobierno sobre descentralización de la gestión estatal y la venta libre de aperos de labranza, fertilizantes y otros equipos a los particulares.

Las autoridades confían en que impulsando la iniciativa privada en el campo y concediendo créditos a las más de 1.300 cooperativas agrarias instaladas en tierras estatales se estimule la producción y se rebaje la dependencia de alimentos de importación, cifrada en el 80%.

A mediados de marzo se anunció la venta libre de ordenadores, DVD's, vídeos, microondas y electrodomésticos. Y la semana pasada se levantó la veda a los teléfonos móviles.

'Moneda dura'

La única condición, y también la preocupación de muchos cubanos, es el pago en CUC. En Cuba coexisten dos monedas: el peso cubano con el que se reciben salarios, se pagan servicios como agua, electricidad, teléfono, alquileres o préstamos por compra de vivienda, y el peso convertible CUC, que vale 24 veces más que el otro y con el que se pagan productos como jabones de tocador, tintes para el pelo, ropas... El salario medio es de unos 400 pesos (unos quince euros mensuales).

La gran mayoría quedarían excluidos de acceder a bienes cuyos precios representan el sueldo de varios meses. Por ejemplo, un microondas o un DVD de 90 euros equivalen a siete salarios medios. Pero el Gobierno ha hecho otros cálculos. Según cifras oficiales, el 60% de los 11 millones de cubanos reciben remesas de sus familiares en el extranjero o estímulos empresariales. Entre estos figuran muchos de los empleados de empresas mixtas y embajadas, muy disgustados porque deben pagar un impuesto nuevo que en ocasiones llega al 50% de los emolumentos recibidos en CUC o divisa, las 'monedas duras'.

Para el economista disidente Óscar Espinosa Chepe, uno de los 75 encarcelados en 2003, «lo que se ha hecho este mes es muy poco». De todas formas, según el diario 'Granma', ya hay en camino otras medidas que llegarán «muy pronto».

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios