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LENGUA. José Antonio Pascual, ayer en Vitoria. / JOSÉ MONTES
«Un 80% del léxico español actual procede del siglo XVIII»
JOSÉ ANTONIO PASCUAL DIRECTOR DEL DICCIONARIO HISTÓRICO DE LA LENGUA ESPAÑOLA

«Un 80% del léxico español actual procede del siglo XVIII»

El académico de la RAE abrió ayer en Vitoria el II congreso de la cátedra Koldo Mitxelena de la UPV

N. ARTUNDO n.artundo@diario-elcorreo.com

Martes, 9 de octubre 2007, 05:04

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Premio Nacional de Investigación Ramón Menéndez Pidal 2006 en Humanidades, catedrático de Lengua Española en la Universidad Carlos III de Madrid y académico de la Real Academia Española, José Antonio Pascual, reconoce en Koldo Mitxelena a un gran maestro, «que me enseñó mucho, incluso de ética». Por esto, parece lógico que abriera ayer en el campus de Álava el II congreso de la cátedra bautizada como el investigador vasco. Claro que también es director del proyecto del Diccionario Histórico de la Lengua Española, cuyo complejo modelo lingüístico prepara con su equipo desde hace año y medio.

-Tiene un horizonte de una década de trabajo dentro de la creación de este diccionario. ¿Qué le gustaría dejar zanjado en este tiempo?

-Sé que no voy a poder terminar el manual de comportamiento. En una fábrica de coches, sería un libro en el que estuviera todo lo necesario para que el vehículo saliera de la factoría. Por ejemplo, los 'golpes' pueden ser 600 palabras y hay que definirlos todos con un molde parecido. Hace falta un modelo para que cuando el lexicógrafo llegue a 'bofetada' o 'soplamocos' tenga las recetas hechas. Me conformaría con tener el 90% del manual de trabajo y empezar con la organización del fichero: 50 millones de palabras en lemas -lexemas o raíces comunes-, y si lograra un 80%, me daría con una piedra en los dientes. Serían unos 150.000, pero como máximo.

-¿Hay algun período histórico que tenga mayor importancia que otros?

-Un 80% del léxico español procede del siglo XVIII. Imagine que quiere ver cómo llamaban en el XV a los cristales. Pues casi ni había, solían ser papeles encerados. Galdós hablaba de 'escaleras de palo', y con ello se explica hoy la 'cuchara de palo'. Lo cercano nos interesa para la lengua actual y el diccionario tiene que servir para los hablantes actuales. Y también están el Siglo de Oro o la época medieval. Pero si he de empezar por etapas, prefiero hacerlo más cerca del presente.

-Aparte del español aislado, ¿habrá que estudiar también cruces con otras lenguas, como el euskera?

-Absolutamente. Ésa es la clave. Tenemos que ser conscientes de que las lenguas no son puras, como también le pasa al euskera, aunque sigue siendo una lengua con su estructura y demás. Decía Mitxelena que el léxico es la piel de la lengua. Es lo menos importante, pero es necesario. Y hay un trasvase de palabras. El Diccionario Histórico tiene que dar cuenta de la relación de la lengua con otras. Con el euskera, sin ninguna duda. Si no tuviera en cuenta todo eso, sería falso.

-El público está acostumbrado al diccionario en papel. ¿Han descartado totalmente esta idea?

-No tiene sentido. El Oxford está en la línea de lo que queremos hacer, y tardaremos muchos años, pero tenemos que dejar bien puestas las vigas. El Oxford sólo se puede consultar 'on line', o mejor 'en línea', para hablar limpiando, fijando y dando esplendor. Pero esto permite, además, corregir problemas o hacer búsquedas de tipo complejo.

-Y evitar sucesivas ediciones o apéndices.

-Un diccionario, como la física, son hipótesis mejorables. Volviendo al soporte, el cedé o el procedimiento 'on line' le viene muy bien a la lexicografía, pero no a la novela o a la poesía. Lo suyo es el papel.

Humor y ciencia

-¿Cuántas personas hay en su equipo?

-Estamos 14 personas para el diccionario. Pero luego hay informáticos o especialistas como Jesús Peña, un catedrático de Santiago que lleva veintitantos años trabajando en morfología, y está haciendo la red de relaciones de parentesco de las palabras. La mesa de trabajo es virtual, con diversos grupos internos y externos. Mis colaboradores saben más que yo en determinadas cosas y yo, más que ellos en otras.

-¿No se puede ser personalista?

-Sería un disparate.

-En su exposición ha empleado varios toques de humor. ¿Lo riguroso no quita lo divertido?

-Siempre tengo presente el humor. Es lo que te hace ir a la cama sabiendo que te has equivocado, sin tomarlo como una humillación. Hay que ser serio y trabajar, pero no hay una contradicción. Por ejemplo, en la Wikipedia de Internet hay una persona que se ríe conmigo.

-¿Cómo?

-Yo tengo dos hijos, a veces me aparecen cuatro y otro día, seis. Tengo imagen de persona con buen humor, algo que considero un aderezo imprescindible para esta comida que es la disciplina científica.

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